"Porque yo el Señor soy tu Dios, quien te sostiene de tu
mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo" (Isaías
41:13).
En un abismo peligroso, un grupo de rescate planeaba una
forma de hacer bajar alguien con una cuerda hasta una
persona que se encontraba perdida en algún lugar bien abajo
de ellos. Llegaron la conclusión de que lo mejor sería
enviar un joven pastor de ovejas, por ser lo más leve allí
entre ellos. La muchacho no se mostró dispuesto a bajar,
hasta que avistó su padre que venía llegando hasta donde el
grupo se encontraba. "Sí, yo iré si mi padre agarrar la
cuerda."
No necesitamos hesitar un instante siquiera en bajar a los
más profundos abismos de este mundo en busca de los perdidos
si tenemos la convicción de que nuestro Padre está agarrando
la cuerda. Él proporcionará la fuerza necesaria para
mantenernos firmes y seguros.
Cuando caminamos por la carretera de la vida sin la
protección de nuestro Dios, podemos ser víctimas de miedo,
preocupaciones y incertidumbres. Salimos y nos sentimos
desamparados, tememos trompicar y no poder levantar. Cuando
percibimos qué estamos descendiendo por algún abismo, no
contamos con la tranquilidad de saber que uno está agarrando
nuestra cuerda y en los levantará en el momento cierto.
Es maravilloso vivir en la presencia de Jesus. Con Él
podemos trillar caminos allanados, atravesar ríos, escalar
montañas y hasta bajar en empinados abismos. Nunca estaremos
solos, jamás nos sentiremos abandonados, podremos gozar la
vida abundante que Él nos dispuso y aún tendremos inmenso
placer en colocarnos a Su disposición a buscar los perdidos
en los abismos engañosos de este mundo.
Si usted ha planteado planes para su vida o anhela ser útil
a personas a quien ame, confíe en el Señor que, agarrando
firme su mano, hará con que alcance rápidamente su victoria.
¿Te gustó este artículo?
Suscríbete a nuestro canal de YouTube para ver videos sobre temas bíblicos.
Visita nuestros cursos bíblicos.
Se miembro de nuestro ministerio y obten todos los recursos.