La Comunión con El Espíritu Santo


La Comunión con El Espíritu Santo 

Si usted quiere ver la gloria de Dios en su vida, necesita una disciplinada vida en comunión con el Espíritu Santo.

Hay tres recomendaciones para tal efecto:

1. Una vida de oración.

2. Espere en la presencia de Dios
3. Mantenga el fuego encendido.

1. La vida de oración:

Los siervos de Dios que más han impactado el mundo, han sido sin excepción hombres de oración.

Fueron constantes y profundos y no se contentaban con unos minutos de oración. Nada en su vida fue rutinario. Fueron hombres disciplinados y hacían que la gloria de Dios bajara.

Muchos de nosotros hacemos muchas cosas para Dios: trabajamos, leemos un buen libro, predicamos, enseñamos, etc., pero cuando se trata de orar, arrugamos la cara, nos da sueño, volvemos a ver para otro lado y no podemos profundizar en la oración, o sea, se nos viene el viejo hombre.

Debemos de empezar disciplinadamente todos los días a orar, hay tantas cosas porqué orar.

Nuestra búsqueda espiritual, nuestra comunión con el Espíritu Santo, tiene que ser de rodillas.

Debemos de invertir tiempo en la oración. Hebreos 11:6 – Debemos de creer que Dios es galardonador de los que le buscan, o sea, Dios dice en Su Palabra ya segura que todo aquel que lo busca con sinceridad, basado en su fe en El, será recompensado.

El encontrarnos con Dios a solas, nunca tendrá que ser con métodos pero si se necesita de una buena dosis de disposición.

La alabanza, la adoración, la lectura de Su Palabra, hace que el tiempo sea corto y abre las puertas al Espíritu Santo, también el altar en la Iglesia nos invita a pasar cuando hay tiempos de oración. Allí en comunión con nuestros hermanos, podemos oír la voz del gran Rey.

Al pasar un tiempo largo con el Señor, experimentará la paz, el gozo y la fortaleza del Espíritu Santo.

Filipenses 4:6-7 dice que si usted no quiere estar afanoso en el día, ore más. En el momento que usted empiece a preocuparse, deténgase, haga un alto yore, y el Espíritu Santo vendrá a usted. La paz de Dios es saber que El controla todo, porque nuestra ciudadanía en el Reino de los Cielos está aseguraday sus problemas han dejado de ocupar un lugar importante en tu vida. ¡Aleluya!.

2. Espere en la presencia de Dios:

Hechos 1:4. El saber esperar en Dios en Su presencia es de suma importancia. Cuando Jesús después de Su muerte se les presentó a sus discípulos y lesdijo que no se fueran de Jerusalén y que ahí tenían que esperar la promesa del Padre. Al esperar la promesa fueron investidos de un poder sobrenatural dado porel Espíritu Santo en el día de Pentecostés.

Ellos supieron esperar. Ver también Lucas 24:49.

Moisés tuvo también que esperar (Éxodo 24:12). La espera tiene grandes beneficios, porque te hace saber que Dios tiene la prioridad y que tus apuros anada te llevarán, nunca podemos condicionar a Dios porque el merece todo nuestro respeto.

Como dice el Salmo 40:1 “Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mi y oyó mi clamor”. Si usted sigue leyendo el texto, David supo que esperar no era fácil, sin embargo, el recibió beneficios porque Dios lo sacó de la desesperación.

La espera también permite que Dios obre en nosotros y que nuestra voluntad sede a la suya (que se haga Su voluntad).

La búsqueda de Dios no se debe nunca a basarse en emociones sino en una voluntad diaria y constante.

Recuerda que la oración de espera será siempre sobre nuestras rodillas.

3. Mantenga el fuego encendido:

Levítico 6:12-13 – El pueblo de Israel junto con sus sacerdotes presentaban en la mañana y en la caída de la tarde, el holocausto, para mantener el fuegosanto sobre el altar. Esto representaba la presencia eterna del Señor en el sistema de sacrificios. Pero el fuego del Espíritu Santo está hoy presente en cada creyente cuando lo buscan de corazón en adoración. El enciende el fuego cuando el Espíritu Santo entró a vivir en nosotros y lo cuida al fin de que podamos crecer en gracia al andar con El.

La Biblia nos dice “no apaguéis al Espíritu” (I Tesalonicenses 5:19), o sea, no podemos apagar los dones que Dios nos dio porque si no el fuego se apaga.

Mantengamos el fuego encendido en nuestra vida. Romanos 12:11 dice “fervientes en el espíritu”. El fuego de Dios quiere estar encendido y ardiendo siempre en tu vida. Mantenga la llama encendida cada día.

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