Los Milagros – Evangelio de Juan

Evangelio de Juan: Los Milagros De Jesús

Vemos en el Evangelio según Juan, los milagros y las sanidades que nuestro Señor Jesús hizo. Utilizo en todos, frases como él dijo o el les dijo y luego la frase va acompañada con otras palabras claves. Por ejemplo, en el milagro del agua convertida en vino, Jesús le dijo que llenarán de agua los cantaros, los sacarán y los llevarán al maestresala. Podemos ver que Jesús dio un mandato y los siervos al obedecer el mandato, pudieron ver el milagro con sus propios ojos. Fueron protagonistas del milagro al ser ellos mismos los que obedecieron a Jesús. Nuestro Señor dijo lo que se tenía que hacer, llenar, sacar y llevar. Los siervos hicieron exactamente lo que se les ordeno. No podemos saber la reacción de los siervos, sin embargo, es impresionante el milagro y ellos fueron participes, ya que utilizaron sus manos para llenar los cantaros de agua, luego sacarla y llevarla al maestresala, cuando ellos sabían, que habían puesto agua y no vino. La clave aquí fue la obediencia y el creer sin dudar. Ellos pudieron haber pensado, si llevo esta agua, puedo ser castigado o incluso muerto, ya que ellos eran siervos. Sin embargo ellos tomaron un riesgo.

El milagro de los panes y los peces, solo Jesús contaba con unos cuantos peces y panes. Jesús hizo el milagro por la mano de los discípulos. Cuando ellos obedecieron lo voz del maestro, fueron a dar el alimento a todas las personas que había en el lugar. Ellos vieron con sus propios ojos, como el Señor bendijo los alimentos, se los fue dando en las manos de los discípulos, para que ellos lo repartieran. El milagro fue para los discípulos, para que creyeran y vieran lo que Jesús podía hacer si ellos creían y le obedecían.

Cuando Jesús anduvo sobre el mar, la reacción de los discípulos fue asustarse. Jesús nuevamente les dice soy yo no temáis. Aquí nuestro Señor les hizo saber a sus discípulos de no tener miedo. Ellos vieron una señal y se asustaron con la misma y el señor les dijo que no temieran.

El milagro de la resurrección de Lázaro nos dice la escritura, que el era un buen amigo de Jesús, y sin embargo enfermó y murió. Por medio de la muerte de Lázaro el nombre del Señor iba a ser glorificado ya que nadie esperaba que él iba a resucitar. Mientras él estaba enfermo, su hermana podía creer que Jesús lo sanaría, pero al verlo muerto ya no quedaron más esperanzas en ella. Los que estuvieron allí ese día fueron parte de un milagro impactante, el de alguien estar muerto y resucitar. El Señor le dice «Quitad la piedra, y luego que resucita les dice, desatadle y dejarle ir.» Al quitar la piedra vieron el milagro de un hombre resucitado por el poder de Dios.

Luego que Jesús resucito, se le presento a Pedro. Ellos habían tratado de pescar y no habían podido sacar nada. Cuando Jesús se le aparece les dice que echen la red y que lo hicieran a la derecha. Cuando ellos obedecieron, la red estaba llena, la sacaron y Pedro fue participe de este milagro. Cuando él obedeció a la voz y tiro la red salieron muchos peces.

Jesús también hizo muchas sanidades de las escritas en el evangelio de Juan, encontramos la historia del hijo del noble que nuestro Señor sano. Este noble vino donde el maestro y le pidió que sanara a su hijo. Jesús le dice ve tu hijo vive y el hombre creyó a lo que dijo Jesús y se fue. Al llegar encontró que su hijo había sido sano.

Jesús sano también al paralítico de Betesda. En la historia vemos que un ángel venia de vez en cuando y al agitar las aguas la persona era sana. El paralítico, no tenia ninguna posibilidad, de que pudiera llegar primero por sus propias fuerzas. Jesús vio la necesidad en él y le pregunto que si quería ser sano. Cuando el le dice que si, el Señor le dice «levántate, toma tu lecho y anda.» Para que el paralítico fuera sano la primera condición era que deseaba ser sano y luego creer para poder recibir su sanidad. Tenia que querer para luego recibir.

Otra historia es la del hombre ciego de nacimiento y Jesús glorifico su nombre y él pudo recibir la sanidad. Jesús hizo lodo, lo puso en sus ojos y luego lo mando a que se lavara. Cuando él obedeció y se lavo, regreso viendo.

Las señales y sanidades que están registradas en el evangelio de Juan nos muestra, que Jesús dio el mandato. En las mismas la obediencia y el creer juegan un papel vital. En las señales registradas como el agua convertida en vino, la multiplicación de los panes y los peces, el Jesús andar sobre el mar, la pesca milagrosa, todas fueron hechas para los siervos y los discípulos, ellos fueron los que fueron parte de la misma al actuar en obediencia. En las bodas, los que recibieron el milagro fueron los que probaron el vino, en realidad el milagro fue hecho para los siervos para que vieran el poder de Jesús. Así mismo en la multiplicación de los panes quienes disfrutaron del milagro fueron las personas que vinieron por el alimento, sin embargo el milagro fue hecho para los discípulos.

Me pregunto que es mejor, ¿recibir el milagro, o tener el privilegio de ser parte de ese milagro? En las bodas, los que recibieron el milagro, no lo vieron cuando fue hecho, sin embargo los siervos obedientes, fueron parte del milagro, pudieron palparlo con sus propias manos, verlo con sus propios ojos y haber tenido el privilegio de que el Señor los usara a ellos. El actuar en obediencia y ver como Dios glorifica su nombre en las vidas y nos usa a nosotros para ver con nuestros propios ojos que no hay nada que Dios no pueda hacer si le creemos y le obedecemos. Esto nos enseña a nosotros sus discípulos, que Dios quiere usarnos para hacer señales, prodigios, sanidades en medio de su pueblo y para los no creyentes para que crean en Jesús. El solo busca personas que le crean y que estén dispuestos a obedecerle. Por medio de nosotros él quiere derramar su poder, desea usarnos a nosotros y que veamos los milagros y las sanidades por nosotros mismos y ver el poder de Dios obrando en las vidas de la gente. Dios no realizo milagros y sanidades solo para los antiguos discípulos. Lo dejo escrito para que sepamos que si le creemos, el también quiere glorificar su nombre por medio de nosotros.

Al que cree, todo le es posible.

Ruth M. Cruz Roque

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