Reflexiones Cristianas – Un Día Que Brilla Para Siempre

 

noche-y-dia

 

«Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto» (Proverbios 4:18).

Reflexiones Cristianas – Un Día Que Brilla Para Siempre

 

un viejo sabio preguntó a sus jóvenes discípulos: «¿Cuando termina la noche y comienza el día?» Uno de ellos contestó:

«¿Cuando alguien puede ver la diferencia entre una oveja y un tigre?» «No».  Otro arriesgó: «¿Cuando alguien puede ver la diferencia entre un árbol y un hombre?» «No».  «Entonces diganos, sabio».  Él contestó: «La noche termina y el día comienza cuando usted puede ver a Dios en el rostro de un hermano y una hermana».

 

¿Lo qué hemos visto a nuestro rededor?  ¿Que ha marcado significativamente nuestros díasí  ¿Que experiencias hemos sacado de los acontecimientos qué hemos presenciado?  ¿Hemos alumbrado más la noche o el día

 

Cuando nuestro corazón está hueco de Dios y la vida espiritual ha sido relegada a un plan inferior, fácilmente somos inducidos a percibir el lado negativo de todas las cosas.  El vecino es antipático, la chica de la caja del supermercado nos trata con indiferencia, los colegas del trabajo no nos dan atención, todo es aburrido y desagradable.  Nuestros ojos son incapaces de ver cualquier cosa buena.  La vida no pasa de una noche oscura y interminable.

 

Cuando abrimos nuestro corazón para el Salvador Jesucristo y pedimos a Él que nos guíe por las sendas del amor y de la felicidad, todo el escenario se vuelve diferente.  Los colores son más vivos y encantadoras.  Los jardines son siempre floridos y perfumados, la alegría parece estar de pie para abrazarnos en cada esquina del camino.  Aquel vecino se muestra ahora gentil y amigo.  La que atiende en el  supermercado es solícita y sonriente.  Los compañeros del trabajo no podrían ser más atentos.  El viento que entra por la ventana trae consigo una melodía que nos induce a cantar y bailar.  Todo cuanto vemos es bonito y nos llena de voluntad de vivir.  Nuestros días son soleados y no conseguimos imaginar si la noche un día volverá.

 

Cuando Dios está en nosotros, las bendiciones del Señor transforman las tiniebla en días brillantes y llenos de placer.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí