Estudios Bíblicos – En Él serán benditas todas las familias

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Estudios Bíblicos – En Él serán benditas todas las familias

El amor y la provisión de Dios es para los hogares que luchan diariamente por vivir en paz y armonía.

Génesis 12:3 promete: Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

Todas las familias son diferentes. Las hay con muchos hijos o sin ninguno, hay familias sin papá o sin mamá, otras de niños que viven con sus abuelos o tíos y también hay familias de padres divorciados donde se juntan “los míos, los tuyos y los nuestros”.  No importa el tipo de familia, la Biblia dice que todas serán benditas.  Convivir en un hogar no es sencillo, hay que enfrentar conflictos, peleas, incluso, a veces hay que superar divorcios y ofensas.  En medio de todo esto, Dios no está para condenar sino para perdonar  y ayudarte a superar tu pasado.  Sin importar la situación particular de tu familia, Él desea bendecirte.  Conozco madres solteras y personas que se sienten culpables y piensan que son  “de segunda categoría” por no ser parte de una familia típica de papá, mamá e hijos.  Pero no es así, Dios nunca te hará falta y no te hace de menos, por el contrario, Su bien te alcanzará si lo crees con todo tu corazón. Él vendrá a tu casa y disfrutarás de Su bendición.

Durante los 17 años que tengo de pastorear, he visto muchas situaciones familiares  diferentes. Al principio, cuando veía graves errores, pensaba que Dios no sería capaz de perdonarles.  Con el tiempo aprendí  que somos los humanos quienes llenamos muestra cabeza y corazón de prejuicios, pero Su misericordia va más allá y nos bendice porque nos ama, no por lo que pensemos que es correcto. Acércate al Señor con un corazón sencillo y lleno de amor. Dile que crees en Su voluntad de hacerte el bien y bendecir a tu familia con las grandes promesas que la Biblia nos enseña.

Salvación para tu casa

Hechos 16:31 asegura: Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.

La Palabra es clara, tu casa será salva si tienes fe.  Yo fui el primero de mi familia en convertirme, pero algunos ya viven dentro de un núcleo cristiano. Tal vez te han criticado y juzgado por seguir a Cristo, pero aún los miembros de tu familia que se dicen ateos serán salvos e irán al cielo porque eres una ventana de bendición para tu hogar. La conversión de unos tomará más tiempo que la de otros, no importa, lo cierto es que el día que pongas un pie en el cielo todos estarán  allí contigo, disfrutando de la vida eterna porque creíste en Jesucristo.

No impongas el Evangelio, ni pelees con los que no creen. Testifica el amor de Dios. Probablemente en tu familia es más difícil porque conocen tu carácter y debilidades, pero debes ser luz y demostrar que el Señor te ha renovado. Si en casa hay tristeza, rencor y división, tú debes tener una actitud diferente, debes ser optimista, alegre y amoroso. Busca ser el primero en derribar las murallas y hacer cosas que llamen la atención para que todos digan: “algo bueno está sucediendo, yo también quiero cambiar”. Ten paciencia, llegará el día cuando te llamarán para orar y entonces podrás pedirles que abran su corazón para recibir al Señor. No obligues a nadie, imita a Dios que no te obligó a creer, sino que te amó.  Ama y ten paciencia para ver cumplida la promesa.  Proclama con confianza que  tú eres fuente de bendición y que por ti, la gloria y misericordia tocará a los tuyos.

Bienestar para toda tu familia

Proverbios 14:11 también nos promete: La casa de los impíos será asolada;  Pero florecerá la tienda de los rectos.

Dios desea darle bienestar a tu familia en todo sentido. La salud, el trabajo, las finanzas y las relaciones mutuas no tendrán aflicción. Vivirás con alegría, paz y satisfacción. Cuando Jesús envió a  Sus discípulos a predicar de dos en dos, les pidió que entraran a las casas y dijeran “la paz esté contigo”.  Entonces,  habría paz donde encontraran  gente digna. Digno es aquel que anhela su bienestar y el de su casa. Los indignos se encuentran en una casa dividida que se secará y no florecerá.  Busca la unidad de tu familia. Formen un equipo que trabaja junto por alcanzar los mismos objetivos de paz y bienestar para que el Señor los bendiga como personas dignas de Su misericordia.

El primer requisito para que tu familia esté bien, es desearlo.  Hay gente que no tolera estar con su familia, desean independizarse o casarse para irse lo más pronto posible y esa actitud no trae bendición.  Él te hablará y ayudará a tu familia si ve que anhelas el bienestar de los tuyos con todo el corazón.  Únanse para pedir paz y alegría. Dios quiere ver tu deseo para llenar tu casa de bendición. Dile: “anhelo Tu bien en mi familia”.

Vida gozosa en familia

Eclesiastés 9:9 aconseja: Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol.

Muchos se preguntan qué nos queda para gozarnos en esta vida de angustias y la Palabra nos dice que nuestra parte de bien será gozarnos con la mujer amada. Casarse es darle la bienvenida  a nuevos afanes. Recibes a tu princesa y con ella viene su familia, incluyendo la suegra que puede ser de gran bendición, como en mi caso particular. Entonces, después de al boda, inicias una nueva vida con alguien que no conoces del todo y debes acostumbrarte a compartir todo, ¡incluso el baño y la cama! Ambos tienen diferentes costumbres y es necesario acoplarse a los malos humores y a los malos olores. No todo es color de rosa, hay días buenos y otros no tanto, pero así es el matrimonio.  Cuando finalmente parece que han logrado acomodarse a la vida de pareja, viene el primer hijo  e inician una nueva etapa de alegrías y también de angustias.  La vida ya no es la misma, hay que pensar siempre en el bebé, desvelarse, trabajar más para satisfacer sus demandas. Tu esposa ya no te espera feliz y descansada sino con ojeras e irritada. Cuando ya están acomodándose al primer hijo, resulta que viene el segundo con sus propias demandas y las cosas se complican aún más.  Hay que educarlos, enseñarles a quererse como hermanos y  ayudarlos con las tareas. Si no eras bueno en el colegio, ahora te toca recordar y aprender para ayudar a tus hijos. Hay una etapa cuando las mamás parecen choferes de los niños, llevándolos de acá para allá durante todo el día. Al superar ese tiempo ajetreado y ver que se gradúan de la universidad, ya tranquilos  e independientes, resulta que alguien más se lo lleva para formar su propia familia y se inicia otro nuevo ciclo. Debemos aprender a disfrutar la vida y el proceso de crecimiento de nuestra familia, de lo contrario viviremos amargados.  Es cierto que nos afana pagar las cuentas pero la vida es más que eso.  Seguro que cuando vivías en casa con tus padres, no te importaba tener todas las luces de la casa encendidas, pero ahora que tú pagas la factura de la electricidad, te preocupas por tener encendidas solamente las luces necesarias.

Al preguntarte qué te queda de todo eso, la respuesta es gozarte con la mujer que amas. Así que busca la forma de ser feliz con la persona que has escogido para que te acompañe el resto de tu vida.  Si has pasado años peleando por lo mismo, deja ya de luchar y acepta a esa persona con sus defectos. La felicidad es resultado de la gracia no de la perfección.  Ser feliz depende de tu capacidad perdonar por las cosas que no se cumplen, no de luchar porque todo se cumpla a la perfección.  Yo tengo un lindo matrimonio. Acabamos de cumplir  11 años de casados y nuestra relación es maravillosa aunque no es perfecta.  Somos felices porque aprendimos a disfrutarnos.

Dios nos enseña a ser tolerantes. Él te conoce como eres y te acepta. Le has dado suficientes motivos para que se aburra de ti y te castigue pero no lo hace. Por el contrario, siempre dice: “te perdono, te amo y decido ver lo bueno en ti”.  Imítalo porque debes demostrar que tienes esa misma capacidad, siendo Su hijo.  Recuerda que Su nuevo mandamiento fue que nos amáramos unos a otros como Él nos ama. Si lo cumples,  serás feliz. Imagina  a Jesús enojado como nosotros lo hacemos en nuestra familia. Piensa qué harías si te da una pequeña gritada como las que tú das,  te envíe a dormir en el sofá o ¡te tire los platos desde el cielo! Si Él no lo hace siendo Dios, tampoco tú debes hacerlo. Alégrate y vive feliz.

Tenemos horario para todo. Sabemos bien a qué hora trabajar, ir a la iglesia, comer y dormir. Pero no le asignamos tiempo específico a nuestra familia y es necesario hacerlo.  Creemos que vivir juntos es suficiente  para ser felices pero no es así.  La convivencia armoniosa debe cultivarse y buscarse, no se da por casualidad. En mi familia había un día reservado para visitar a los abuelos y ahora yo tengo un día reservado para ir con mi esposa e hijos a visitar a nuestros padres.  También tengo uno reservado para mi familia. Ese día no hago citas y me dedico a ellos. Si alguien me llama con urgencia porque está muriendo, yo le dijo que no se preocupe porque al día siguiente lo resucitaré para atenderlo.  Tus hijos deben ver que cumples con ellos de la misma forma que cumples con tu jefe y el resto de personas que te demandan algo.  Busca un día para dedicarles toda tu atención, disfrutando juntos.

El amor debe atizarse como el fuego, de lo contrario se extinguirá y luego tendrás frente a ti una familia que te dirá: “estamos cansados de esto”.  Una relación debe cultivarse,  dando más de lo que pides.  Recuerda que no hay regalo y dinero que sustituya el tiempo que le dedicas a un ser querido.

El libro de Proverbios dice que te recrees con la mujer de tu juventud. Cuando estés atribulado, toma a tu mujer y diviértanse, verás que luego todo irá mejor.  Tu esposa tiene un solo marido y tus hijos tienen un solo padres que eres tú. Lo mismos sucede con las mujeres. Nadie puede sustituirlos en el hogar.  Dale gracias al Señor porque de todo el afán diario, la gratificación más valiosa es ver feliz a tu familia y disfrutar con ellos de la vida.

Bendición para las generaciones

Isaías 59:21 anuncia: este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre.

Esta es una de las promesas más bellas para la familia.  Aunque todavía no estés casado, la Palabra asegura que El Espíritu del Señor estará con tus hijos y con tus nietos. Dios ve más allá de tu presente y bendice tu futuro porque ve a tu descendencia llena del Espíritu Santo y junto al Él.

Salmo 128:1-6 asegura: Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, Que anda en sus caminos. Cuando comieres el trabajo de tus manos, Bienaventurado serás, y te irá bien. Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa. He aquí que así será bendecido el hombre Que teme a Jehová. Bendígate Jehová desde Sion,  Y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida, Y veas a los hijos de tus hijos.  Paz sea sobre Israel.

La vida junto al Señor te garantiza felicidad. Tu mujer será bálsamo y te dejará como ebrio de alegría. Tus hijos serán como el fruto del olivo, es decir, serán ungidos y llenos del Espíritu Santo. Se sentarán a la mesa y te acompañarán. Verás las promesas cumplidas en ellos y serán una familia unida y entregada al Señor.  No importa cuál sea la circunstancia de tu hogar, Dios no se ha olvidado de ti ni de ellos y anhela bendecirlos.  Él será padre para quien no lo tiene y esposo para la mujer que se sienta abandonada.

Los tiempos difíciles siempre sobran pero Él dice que bendecirá a  tu familia y tu casa florecerá. El Espíritu Santo  es tu consolador y te acompañará siempre.   Olvida la amargura de ese divorcio y de la pelea que tuviste con tus hermanos o padres. No guardes rencor en tu corazón porque la honra debe empezar en ti y ser ejemplo para todos.  Deja de llorar por el ser querido que murió y recuerda que está mucho mejor junto al Señor que cambiará tu luto en gozo, la tristeza en alegría y la ceniza en gloria. Él quiere darte consuelo.

Los problemas en tu matrimonio se resolverán si permites que Dios te aconseje. Es el momento de cambiar tu corazón y limar las asperezas.  El marido debe ser cariñoso y tolerante, la esposa debe sujetarse y atender con amor.  Los hijos deben respetar y amar a sus padres. Agradezcan al Señor por su familia y luchen por ser felices juntos.  Dios traerá la reconciliación para los hogares que se abandonen en Sus manos. No importa lo que suceda. Si eres víctima de mal trato, imita a Jesús y ora por ellos, bendícelos y da lo mejor de ti para ver cumplida la Escritura.

Solamente las familias unidad serán gratificadas.  Acércate a tu gente y bendícela diciéndole todo lo bueno que hay en cada uno. Profetiza bien para tus hijos, dile a tu cónyuge cuánto le amas porque está a tu lado a pesar de todo. Da gracias por la ternura que has recibido y llena tus manos de caricias para  aquellos con quienes compartes la vida.  Recuera que tu boca tiene poder y debes utilizarla para decir palabras de bien, salud y bendición.  Toma tiempo para estar con tu familia y bendecirla con tu mente, tu corazón y tu voz.  Dios desea hacerte el bien junto a los tuyos.  Abraza  tu familia y ámala para que la promesa del Señor se haga realidad y sea bendecida por generaciones.

2 COMENTARIOS

  1. Gracias Señor de la gloria y a uds. hermanos por este devocinario tan valioso para restablecer mi hogar, pero se desde el fondo de mi corazón y en el nombre de nuestro Señor Jesucristo mi hogar será restablecido lo declaro hoy y siempre y con las oraciones de mis hermanos en Cristo nuestro Señor, DIOS los bendiga.

  2. Tareas para sobrevivir en nuestro hogar, SOLO DIOS PUEDE Y SIN EL NUESTRAS FUERZAS NO SON VALIDAS. TE AMO

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