La Muerte en la Biblia – ¿Implica una Aniquilación?

LA MUERTE Y LO QUE LA BIBLIA ENSEÑA

¿Implica la Muerte una Aniquilación?

por Kyle Butt, M.A.

En el Nuevo Testamento se describe el fuego del infierno como la “muerte segunda”. El cuadro de Apocalipsis 20 describe a un lago de fuego en que el diablo y sus seguidores serán lanzados, incluyendo a los seres humanos impíos cuyos nombres no están escritos en el Libro de la Vida. El versículo 14 del capítulo 20 declara: “Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda”. El inspirado escritor Santiago comentó que si un cristiano se aleja de Cristo, y si alguien le hace volver, él “salvará de muerte un alma” (Santiago 5:20). El enunciado de Santiago habla del hecho que el alma pecadora está destinada a la muerte espiritual. En Juan 6, Jesús se describió como el pan que vino del cielo. Los que comen de este pan “vivo” vivirán “por siempre” y no morirán (Juan 6:48-51,58). Todos los que no comen de este pan vivo morirán. Estos comentarios de Jesús claramente hacen referencia a la muerte segunda en el infierno.

¿Qué Significa la Palabra “Muerte”?

Todos los que están involucrados en el debate de la vida después de la muerte entienden que el infierno es llamado la muerte segunda, y que se dice que el alma de una persona muere en el infierno. ¿Pero qué significa realmente la palabra “muerte”? Los partidarios de la aniquilación sostienen la idea que la palabra “muerte” significa “dejar de existir”. F. LaGard Smith escribió:

Aquellos cuyos nombres se encuentran en el libro [de la vida—KB] heredarán la vida con Dios por siempre. Para los que no tienen sus nombres en el libro, no habrá vida duradera, tormento o cualquier otra cosa. Solamente muerte…[l]a muerte segunda y final… Como la evidencia escritural más fuerte indica, la única opción es vida eterna versus muerte eterna. Existencia bendita versus la no-existencia (2003, pp. 189-190).

De todos los enunciados en su libro, y especialmente de las dos oraciones paralelas finales en esta cita, es obvio que Smith define la palabra “muerte” como no-existencia.

Sin embargo, la Biblia realmente no usa el concepto de la muerte como una no-existencia; en cambio, muerte significa “separación”. En cuanto a la muerte física, la Biblia hace referencia a la separación del alma del cuerpo físico. En cuanto a la muerte espiritual, connota la separación del alma de Dios.

El Lexicón Mejorado de Strong da la siguiente definición principal de la palabra griega que se traduce como “muerte” (thanatos): “(1) la muerte del cuerpo (1a) esa separación (sea natural o violenta) del alma y el cuerpo por la cual se termina la vida en la tierra” (“Thanatos: 2505”, 1999). Al considerar varias escrituras, es evidente que la Biblia considera a la muerte como una separación. El inspirado escritor Santiago ofreció la descripción más clara del concepto de la muerte cuando escribió: “Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta” (Santiago 2:26). Según Santiago, la fe que está separada de las obras es una fe muerta de la misma manera que el cuerpo que está separado del alma es un cuerpo muerto. Note que un cuerpo que está separado del alma no es un cuerpo no-existente. Al contrario, el cuerpo todavía existe y yace sin vida, pero está separado del alma y por ende se dice que está muerto.

La narración que describe la muerte de Raquel en Génesis prueba adicionalmente que la Biblia representa a la muerte física como la separación del alma del cuerpo. Cuando Raquel estaba dando a luz a Benjamín, su parto llegó a ser tan intenso que su vida estuvo en peligro. El texto dice: “Y aconteció, como había trabajo en su parto, que le dijo la partera: No temas, que también tendrás este hijo. Y aconteció que al salírsele el alma (pues murió), llamó su nombre Benoni; mas su padre lo llamó Benjamín. Así murió Raquel, y fue sepultada en el camino de Efrata, la cual es Belén” (Génesis 35:17-19, énfasis añadido). La muerte de Raquel ocurrió cuando su alma salió, dejando su cuerpo físico. Su cuerpo continuó existiendo por algún tiempo y fue sepultado, pero fue considerado como un cuerpo muerto tan pronto como se separó del alma de Raquel, no cuando el cuerpo finalmente se descompuso en la tumba. Otra vez, la descripción bíblica de la muerte gira en torno del concepto de la separación, no de la aniquilación.

Lucas 8 también prueba que el significado de la muerte física es la separación del alma y el cuerpo. Jairo vino a Jesús rogando por la vida de su hija enferma. En el camino, alguien vino de la casa de Jairo explicando que la muchacha ya había muerto. Jesús animó a Jairo a no dudar, y continuó yendo hacia su casa. Cuando llegó a la casa, Jesús hizo salir a todos, excepto a Pedro, Jacobo, Juan y a los padres de la muchacha. Se acercó al cuerpo muerto de la muchacha, tomó su mano y dijo, “Muchacha, levántate”. Inmediatamente después de Sus palabras, el texto dice: “Entonces su espíritu volvió, e inmediatamente se levantó” (Lucas 8:40-55). Note que el cuerpo de la muchacha y su espíritu existían al mismo tiempo que Jesús entró al cuarto. No obstante, su cuerpo estaba muerto porque su espíritu se había separado de él. Cuando el espíritu regresó a su cuerpo, este revivió. Otra vez, el texto bíblico presenta la idea que el concepto de la muerte no es aniquilación, sino separación.

Juan 19:30 provee otro ejemplo que establece la muerte física como una separación del alma y el cuerpo. En el momento final de la vida de Cristo durante la crucifixión, después que todas las profecías se cumplieron, Cristo exclamó, “Consumado es”. Inmediatamente después de estas palabras, el Señor inclinó Su cabeza y “entregó el espíritu”. En ese momento, cuando Su alma se separó de Su cuerpo, Él (i.e., Su cuerpo) murió. José y Nicodemo sepultaron el cuerpo muerto (todavía existente) de Cristo, mientras que el alma de Cristo había salido.

Incluso después de mirar estos ejemplos bíblicos, algunos partidarios de la aniquilación pueden continuar argumentando que la muerte física todavía significa “no-existencia”, ya que los que murieron no existían más en el mundo físico. Pero note lo que la Biblia describe como muerto—el cuerpo. Santiago dice que “el cuerpo sin espíritu está muerto”. El cuerpo continúa existiendo por algún tiempo, pero se dice que está muerto inmediatamente cuando el alma lo deja. Pero no se dice que el espíritu está “muerto”.

Aunque la idea que la muerte física se define como separación y no aniquilación es clara en la Biblia, la idea que la muerte espiritual se define como una separación del alma de Dios y no como una aniquilación del alma es incluso más clara en las Escrituras. En la carta de Pablo a los efesios, él escribió: “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo… Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo…” (Efesios 2:1-2,4-5). Cuando los efesios estaban en su condición perdida, fueron descritos como “muertos”. No obstante, obviamente todavía existían. Ellos estaban separados de Dios a causa de sus pecados. De hecho, el versículo 12 del mismo capítulo dice que durante su tiempo de pecado, ellos estaban “sin Cristo” alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo”. Los efesios estaban espiritualmente muertos en sus pecados. Esta muerte espiritual era una separación de Dios, de Cristo y de la esperanza, aunque no era un estado de aniquilación. En el capítulo cuatro de la misma epístola, Pablo dijo a los hermanos que ellos no debían andar “como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios” (Efesios 4:17-18). Esos gentiles pecaminosos descritos aquí estaban en el mismo estado de muerte espiritual en el cual los Efesios estaban antes que llegaran al cristianismo. La muerte era un alejamiento (o separación) de la vida de Dios, pero, otra vez, no era una aniquilación.

El inspirado apóstol Pablo escribió a los cristianos en Colosas, declarando, “Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados” (Colosenses 2:13). Pablo obviamente no quiso decir que los colosenses habían estado físicamente muertos en sus pecados. Tampoco intentó afirmar la idea sin sentido que en un tiempo, cuando estuvieron pecando, sus almas estaban en un estado de aniquilación. Al contrario, sus almas existían, pero estaban separadas de Dios a causa de sus pecados, y por ende fueron descritas como muertas. El profeta del Antiguo Testamento, Isaías, explicó este principio claramente cuando escribió: “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír” (Isaías 59:1-2, énfasis añadido).

Pablo presenta muy claramente en 1 Timoteo 5:6 la idea que la muerte espiritual es una separación de Dios, no una aniquilación. En este capítulo, Pablo instruyó al joven Timoteo que la iglesia debía ayudar a las viudas. En este contexto, Pablo mencionó a las viudas que confiaban en Dios y que continuaban en oración. Él contrastó a estas viudas con una que “se entrega a los placeres” o vicios de la carne. Con referencia a esta viuda, dijo: “Pero la que se entrega a los placeres, viviendo está muerta”. En el Nuevo Testamento se considera a los que viven en pecado como muertos espiritualmente. El Espíritu Santo los considera muertos porque se han separado de Dios por causa de su pecado. La viuda pecadora todavía continuaba existiendo físicamente, y su alma continuaba existiendo, pero se la describió como muerta. La descripción bíblica de la muerte espiritual no es una aniquilación, sino una existencia miserable separada de Dios.

La antítesis de “muerte” es “vida” (zoe). Como hemos visto por numerosos pasajes, una manera en que se usa la palabra “vida” en la Biblia es para describir el estado en que el cuerpo físico está unido o conectado al alma de una persona. Además, la vida espiritual, lo opuesto a la muerte espiritual, se describe en el Nuevo Testamento como la condición en que un alma separada llega a unirse una vez más con su Creador. Pablo describió esta condición cuando anotó: “Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él” (Colosenses 1:21-22). El pecado separa a una persona de Dios, y le guía a la muerte espiritual. A través de Cristo, Dios permite que esos muertos, las almas separadas, sean limpios de ese pecado y tengan vida espiritual, lo cual se describe como una reconciliación. Por esa razón Juan escribió: “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1 Juan 5:12).

Entonces, es evidente al mirar profundamente las Escrituras que la palabra “muerte” no significa un estado de aniquilación, sea en el reino físico o en el reino espiritual. La Biblia describe a cuerpos que estuvieron muertos, pero que todavía estuvieron en existencia. El registro inspirado describe a personas que estuvieron muertas espiritualmente, pero que sin embargo existían en esa condición muerta. La estratagema equivocada que define a “la muerte segunda” (Apocalipsis 20:6,14; 21:8) como un estado de no-existencia es simplemente un intento de evitar el significado real del texto bíblico. La muerte segunda describe nada más y nada menos la separación total de los impíos, i.e., las almas que no aceptaron la salvación del Creador. A los muchos impíos que dirán al Señor “ese día” (i.e., el Día del Juicio), “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagrosí” (Mateo 7:22), Jesús, el Juez justo (Juan 5:22; 2 Timoteo 4:8), les sentenciará a la muerte segunda, declarando, “Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7:23, énfasis añadido). A los impíos que ignoran a los necesitados, Él les dirá, “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (Mateo 25:41, énfasis añadido). La “destrucción eterna” le espera a los que son separados “de la presencia del Señor y de la gloria de su poder” (2 Tesalonicenses 1:9, énfasis añadido). Como Jesús y el apóstol Pablo declararon, la muerte segunda no es aniquilación, sino separación eterna “de la presencia del Señor”. La muerte no implica un estado de no-existencia en absoluto.

REFERENCIAS
Smith, F. LaGard (2003), After Life (Nashville, TN: Cotswold Publishing).

“Thanatos: 2505” (1999), Enhanced Strong’s Lexicon (Bellingham, WA: Logos Research Systems)

Derechos de autor © 2007 Apologetics Press, Inc. Todos los derechos están reservados.

3 COMENTARIOS

  1. me gustaria que me mandeis los trados posibles porque quiero difundir aqui en mi barrio les agradesco mucho

  2. Vaya, nunca habia pensado en eso, exelente informacion, gracias a Dios eh aprendido algo nuevo, y tambien reconosco que a la muerte que debemos temer es a la espiritual, pero sigamos adelante caminando con Cristo Jesus y eso nunca ocurrira, Jehova Dios les bendiga grandemente, AMEN!

  3. Hola,me siento muy agradecido y muy afortunado por tener a bien enviarme informacion biblica,hoy lei acerca de la muerte,de la separacion de cuerpo y alma y las citas biblicas fueron tan esplicitas que no me quedo duda de tan excelente informacion,fue maravilloso entender porque este punto acerca de la muerte antes no me quedaba muy claro,sobre todo cuando Jesus dijo que los muertos enterraran a sus muertos y por fin entendi.Tambien entendi lo que significa la muerte segunda y que esla separacion de Dios y el espiritu.Nuevamente les doy las gracias y mis agradecimientos por tan edificantes mensajes ya que yo no soy muy afecto de religiones o se asistir a iglesias y aqui he encontrado informacion que es de gran utilidad y que me ha ayudado a encontrar luz en mi camino.Que Dios los bendiga por siempre.Francisco Hidalgo.

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