Día del Padre Cristiano – Características de un buen Padre 4ta parte

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Día del Papá Cristiano - Características de un buen papá Parte 4

Día del Padre Cristiano – Características de un buen Padre 4ta parte

«GRANDE ES NUESTRO AFECTO POR VOSOTROS.» (1 Tesalonicenses 2:8)

Liderazgo espiritual. «Os acordáis cómo os predicamos el evangelio.» (1 Tesalonicenses 2:9). Un estudio reciente entre familias cristianas revelaba que solo uno de cada diez padres oraba con sus hijos, y uno de cada veinte les leía la Biblia.

Muchos recordamos haber sido enseñados por madres piadosas (¡y gracias a Dios por ellas!), mientras que nuestro padre o bien estuvo involucrado muy esporádicamente, o bien se desinteresó totalmente de la vida espiritual de la familia.

Aunque sea la madre la que normalmente lleva el liderazgo espiritual de la familia, sin embargo a quien Dios pedirá cuentas es al padre (véase Efesios 6:4).

Es posible que la mamá lleve a los niños a la iglesia, ore con ellos y les enseñe principios espirituales; pero los niños tienen una necesidad primordial que únicamente el padre puede suplir. Por lo tanto, sé un modelo para ellos del carácter amoroso y transformador de su Padre celestial.

Los adultos que fueron criados sin la influencia de un padre con principios espirituales, normalmente tienen carencias que les impiden sentirse cómodos con su Padre celestial, lo que les dificulta tener una relación estrecha con Él.

Dios les parece inaccesible, sin afecto, condenador, que pone condiciones a su amor, que perdona a regañadientes y que se inclina normalmente por el castigo. Apenas oran, porque se sienten raros haciéndolo; piensan que «están molestando» a Dios porque Él está «demasiado ocupado para atender a sus necesidades.»

Con esos sentimientos, muchos niños rechazan completamente a Dios. Sin embargo, los adultos cuyos padres desempeñaron un papel activo en la vida espiritual de la familia, no parecen padecer esos problemas.

Papá, Dios te ha designado para ser su representante en la vida de tus hijos, y nadie ni nada te puede sustituir. Es hora de agarrar el timón, no importa la edad de tus hijos, para que tú, como Pablo, puedas decir: «Os acordáis cómo os predicamos el evangelio.» (1 Tesalonicenses 2:9).

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