Sometidos Siempre a la Voluntad de Dios

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SOMETIDOS SIEMPRE A LA VOLUNTAD DE DIOS

El apóstol Pablo escribió en Filipenses 3:7-10 “Pero cuantas cosas eran para mi ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.  Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte”

 

Cuando una persona anda en obras, o más bien, su caminar en Cristo se basa en obras, como desafortunadamente lo hace la inmensa mayoría, o la casi totalidad de escogidos de Dios, esto por las neófitas y sin sentido, enseñanzas que se dan en la actualidad en todas las religiones; Actuando de esta forma, se conocen las obras de ellos mismos,  y no las de Dios; el apóstol Pablo en este pasaje dice: Que prefiere  ser hallado en él,  esto es: No, aplicando su propia justicia, es decir, su propia voluntad; Pablo prefería ser hallado haciendo la voluntad de Dios o la justicia de Dios. Entonces, por el  contrario, lo ideal y necesario es que seamos hallados en él, esto implica vivir bajo  la justicia, o la voluntad de Dios.  A fin de conocer todo lo que Dios tiene para nosotros. La justicia de Dios la encontramos en el evangelio, es por ejemplo lo que dice 1 Corintios 10:24 “Ninguno busque su propio bien, sino el del otro” Por el contrario la humanidad en la actualidad solo busca su propio bien, solo basta con que veamos la explotación del hombre por el hombre, en todos los aspectos de la vida, especialmente esto a proliferado en las religiones, analice usted como los lideres evangélicos explotan y estafan a sus seguidores, sin proporcionarles incluso una acertada enseñanza de la Biblia, mas se ocupan en aspectos físicos no espirituales.

 

Jesús dijo en Lucas 14:26 “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre; y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aún también su propia vida, no puede ser mi discípulo” El que aborrece su vida es mi discípulo dice este pasaje de la Biblia, es decir, el que no hace su voluntad sino la voluntad de Dios. Dicho de otra manera, es mi discípulo el que se someta a la palabra de  Dios, que para este tiempo después de la cruz es el evangelio, es decir, el que no busque lo suyo propio, entonces encontrara una vida abundante, un ejemplo claro lo constituye el apóstol Pablo, él no estaba buscando lo suyo propio.

 

Si tocamos el aspecto físico, o asimismo el conocimiento no podemos decir que Pablo no conocía al Señor, claro que si, Dios vivía en él;  lo que el apóstol manifiesta es conocerle más profundamente, es decir conocer de él.  Cuando Pablo dice: “A fin de Conocerle”  esto implica a fin de conocer toda su voluntad, esto es a través de su palabra en el evangelio de la Biblia, solo así se va formando Cristo en nosotros, ya Cristo esta en todos nosotros, 1 Corintios 15:28 dice: “Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos” O sea que Dios esta en todos, pero él se forma solo con el conocimiento de su palabra, leemos en Gálatas 4:19 “Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parta, hasta que Cristo sea formado en vosotros”   Dios nos va formando y madurando y va tratando con nosotros;  Ahora bien, es imperativo entender que la formación o la madurez nos lleva a conocer también todas las áreas de nuestra vida, por esto es de suma importancia conocer la plenitud de Dios en la Biblia, lo cual se logra solo con el estudio de la misma.

 

Otro aspecto importante que debemos remarcar es que, hay personas que conocen todo el Antiguo pacto, es decir conocen toda la ley de Moisés y creen que esto es suficiente; consideramos que, por esta razón  es que hay tanta religiosidad, malas enseñanzas y perdida de tiempo en las congregaciones, Es imperativo, que entendamos que, en  la ley no se conoció  la perfecta voluntad de Dios, la ley era la sombra de las cosas que habían de venir, Hebreos 10:1 establece: “Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan”  En la ley se conoció a Dios de una manera oscura o vaga, no se veía la realidad de todo lo que es Dios, por el contrario en el evangelio entramos en la realidad de las cosas,  ahí Pablo dice que la voluntad de Dios  es conocer toda esta sabiduría, que se puede leer en el evangelio, especialmente en los libros desde Romanos hasta Hebreos. 

 

Leemos en 1 Corintios 1:18-23 lo siguiente: “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es a nosotros, es poder de Dios.  Pues esta escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios.  Y desecharé el entendimiento de los entendidos.  ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?  Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.  Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura”

 

La palabra de la cruz, es locura a los carnales, pero es poder de Dios para los espirituales. Pablo promete en sus cartas en el evangelio, que conociendo el evangelio, entonces somos alumbrados, ahora bien, esto no depende de nosotros mismos, esto depende de Dios Efesios 1:18 dice: “alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuales las riquezas de la gloria de su herencia en los santos”  Solo al ser alumbrados por Dios, entonces vemos una separación entre lo religioso y la profundidad de Dios.

 

El fin de la salvación, el fin del evangelio es: Conocer a Dios en toda su plenitud, conocer su perfecta voluntad; esto implica que la recompensa, o fin del evangelio es conocer a Dios, de tal forma que lo conocemos como el soberano de los reyes de la tierra, ¡GLORIA A DIOS!

 

OSCAR ENRIQUE TENES PELLECER

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