El corazón del ser humano según la Biblia

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La Biblia nos dice que lo que pensamos, en nuestro corazón, eso somos.

“La gente buena siempre hace el bien, porque el bien habita en su corazón. La gente mala siempre hace el mal, porque en su corazón está el mal. Las palabras que salen de tu boca muestran lo que hay en tu corazón.” Lucas 6:45 

Son las palabras ya finales del Sermón del Monte, ver también Mateo capítulo 7, que Jesús pronunciara enseñando a sus discípulos. La realidad de los que viven en el Reino de Dios y de los que no lo viven.
Son palabras de Jesús. Por lo mismo es verdad absoluta y válida a través de todas las edades. Desde la creación misma hasta la Eternidad, pues Su Palabra no pasará.
Igual de veraces son los argumentos de Jesús en el contexto de los versículos siguientes:

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” Mateo 24:35, Marcos 13:31, Lucas 21:33

En ellos Jesús predice la realidad de “los últimos tiempos”.
Si bien es cierto que situaciones similares, en relación a doctrinas falsas, a las que se expresan en los pasajes anteriores, ya vividas en la iglesia primitiva y advertidas principalmente por los apóstoles Pablo y Juan ( por ejemplo: carta a los Colosenses, Corintios y Epístolas de Juan respectivamente), la realidad actual sobrepasa y confirma la profecía de Jesús, en ese aspecto, a las experiencias en el inicio de la iglesia. La razón es que satanás, desde el principio, ha estado empeñado en destruir la Obra de Dios.

Motivado por indagar en teologías “posmodernas”, (emergentes, neoapostólicas, neopentecostalismo, etc.) me ha sorprendido el uso del pensamiento filosófico antiguo y contemporáneo para interpretar la Verdad de Dios. Interpretaciones que son producto de la imaginación/razón humana y no por iluminación del Espíritu Santo.
De acuerdo a algunas de estas nuevas teologías, lo que el lector interprete es más importante que lo que ha deseado comunicar el escritor del texto (Biblia).
Este argumento contradice totalmente a lo que la Biblia nos enseña a través del apóstol Pablo, cuando le escribe a Timoteo:

“Haz todo lo posible por ganarte la aprobación de Dios. Así, Dios te aprobará como un trabajador que no tiene de qué avergonzarse, y que enseña correctamente el mensaje verdadero. No prestes atención a las discusiones de los que no creen en Dios, pues eso no sirve de nada. Los que así discuten, van de mal en peor, y sus malas enseñanzas se van extendiendo, como el cáncer. Así también lo han hecho Himeneo y Fileto.”2Ti 2:15 -17(TLA)

“Ustedes demostrarán que me aman, si cumplen mis mandamientos.
Y yo le pediré a Dios el Padre que les envíe al Espíritu Santo, para que siempre los ayude y siempre esté con ustedes.”Juan 14,15-16 (TLA)

“Jesús le contestó: —Si alguien me ama, también me obedece. Dios mi Padre lo amará, y vendremos a vivir con él.
Los que no me aman, no me obedecen. Pero yo les he dicho solamente lo que mi Padre me envió a decirles, no lo que a mí se me ocurrió. Les digo esto mientras todavía estoy con ustedes.
El Espíritu Santo vendrá y los ayudará, porque el Padre lo enviará para tomar mi lugar. El Espíritu Santo les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que les he enseñado.” Juan 14,23-26 (TLA) 

No existe otra forma de interpretar correctamente La Biblia, si no es a través del Espíritu Santo.

De la misma manera que los filósofos se contradicen y desautorizan sus postulados entre sí, lo hacen quienes (pensadores posmodernos) se atribuyen ser conocedores y poseedores de la verdad, utilizando, paradójicamente, para sus interpretaciones “bíblicas” el mismo método racional y contradictorio de la filosofía; subyugando así, la fe a la razón.
Predican que el hombre (ser humano) es lo importante. Es decir, su palabra (lo que declara y piensa es más importante que La Palabra de Dios), su bienestar terrenal (economía, salud física y emocional, más que hacer Tesoro en el Cielo). El argumento que utilizan es: si eres hijo de Dios, como tal tienes derechos; Dios lo sabe y los respetará.
Dios h a pasado a ser un proveedor de los caprichos humanos. La Soberanía y designios de Dios pasan a una esfera diferente a lo que La biblia enseña.

La predicación de la segunda venida de Jesús ha dejado de ser prioridad. Para la iglesia primitiva era lo esencial: “Maranatha” ¡el Señor viene pronto!
La teología posmoderna, pretende asemejarse a la iglesia primitiva pero, más predica sobre el ejercicio de los dones carismáticos para el logro de bienestar económico, social, cultural, emocional y físico del ser humano, que para como iglesia prepararnos para la venida de Nuestro Señor y para reconciliar al mundo, perdido en las tinieblas del pecado, con Dios.

Me pregunto: ¿Dónde está, o mejor dicho que es de: un mismo Espíritu, un mismo Señor y un mismo Padre de todos, si hasta entre ellos –principalmente los emergentes- enseñan cosas y doctrinas diferentesí
¿Acaso el Espíritu Santo es un espíritu de confusión? ¿Qué ha sido de la humildad y mansedumbre que Jesús desea enseñarnos y que la espiritualidad no se mide en emociones, misticismo o “carisma” sino en Fruto del Espíritu que todo Nacido de Nuevo debiera producir? (Gálatas 5:22-23, leer contexto para ver lo que no es Fruto del Espíritu)

¿Qué hay en nuestros corazonesí
¿Los principios eternos (verdades) del Sermón del Monte que Jesús enseñó durante todo su ministerio a sus discípulos y a través de ellos a nosotros (Juan 17:17-26) o, filosofías y vanas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo (Colosense 2:1-8)?

Nuestro deseo es que te desarrolles como un CRISTIANO defensor de la fe (Hebreos 12:1-2), dispuesto a que el estilo de vida del Evangelio (regeneración a través del Espíritu Santo) te transforme en sal y luz al mundo (Mateo 5.1-16).
Para ello estudia y vive Biblia con la ayuda, que el Espíritu Santo te ofrece. Se prudente y cuidadoso como nuestros hermanos de Berea.
“Los judíos que vivían en esa ciudad (Berea) eran más buenos que los judíos de Tesalónica. Escucharon muy contentos las buenas noticias acerca de Jesús, y todos los días leían la Biblia para ver si todo lo que les enseñaban era cierto.” Hechos 17:11

Dios te bendiga,
Juan Paulus

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