No apartes tu mirada de Jesús. Parte 1

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ojos-en-Jesus«…LA BARCA YA ESTABA BASTANTE LEJOS DE LA TIERRA, ZARANDEADA POR LAS OLAS…» (Mateo 14:24)

No apartes tu mirada de Jesús. Parte 1

Jesús ya había estado presente con sus discípulos en una tormenta, y la había calmado. Pero ahora se encontraba orando en el monte y ellos estaban solos «zarandeados por las olas». ¿Por qué? Porque a veces el maestro tiene que dejar solo al alumno para comprobar cuánto ha aprendido. ¿Es eso lo que sucede en tu vida en este momento? El mar de Galilea no tiene más que trece millas de largo por siete y medio de ancho. Pero cuando soplan los vientos provenientes de los Altos del Golán, sus aguas se pueden convertir en una verdadera centrifugadora capaz de hundir barcas de pesca como la que usaban los discípulos. Fíjate en las palabras «zarandeada por las olas». ¿Es así como te sientes hoy? ¿Pasando por un divorcio y zarandeado por la culpa? ¿A punto de ser desahuciado y acosado por los acreedoresí ¿Azotado por una enfermedad, sumido en el dolor físico y con una prognosis aún más dolorosa?

Pero a la cuarta vigilia de la noche, Jesús fue a ellos andando sobre el mar. Los discípulos, viéndolo andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: –¡Un fantasma! Y gritaron de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: -¡Tened ánimo! Soy yo, no temáis» (Mateo 14:25-27). Palabras dignas de anotar y de recordar a menudo: «¡Tened ánimo! Soy yo, no temáis». Nunca estarás en un lugar tan alejado que Jesús no pueda alcanzarte; mira por encima del hombro y verás que te está siguiendo. Si te fijas bien en la tormenta, comprobarás que en medio de ella Jesús viene hacia ti. En este día, abre los ojos para reconocerlo.

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