*** Cristo mi unica fuente de Salvación ***

Un chino que se había convertido contaba su testimonio…

“Me había caído en un pozo, estaba casi ahogado por el barro
y clamaba para que alguien me ayudara.
En eso apareció un anciano de aspecto venerable que me miró desde arriba
y me dijo: “Hijo, este es un lugar muy desagradable”. “Sí que lo es”.
“¿No puede usted ayudarme a salir?”. “Hijo mío, me llamo Confucio.
Si hubieras leído mis obras y seguido lo que ellas enseñan,
nunca hubieras caído en el pozo”. Y con eso se fue.
Pronto vi que llegaba otro personaje, esta vez un hombre que se cruzaba
de brazos y cerraba los ojos.
Parecía estar lejos, muy lejos. Era Buda, y me dijo: “Hijo mío,
cierra tus ojos y olvídate de ti mismo.
Ponte en estado de reposo. No pienses en ninguna cosa desagradable.
Así podrás descansar como descanso yo”.
“Así lo haré cuando salga del pozo. ¿Mientras tanto, qué hago?”
Pero Buda se había ido.
Yo ya estaba desesperado cuando se me presentó
otra persona, muy distinta. Llevaba en su rostro las huellas del sufrimiento,
y le grité: “Padre, ¿puedes ayudarme?” Y entonces bajó hasta donde yo estaba.
Me tomó en sus brazos, me levantó y me sacó del pozo.
Luego me dio de comer y me hizo descansar.
Y cuando ya me sentía bien, lejos de decirme: «No te caigas más»,
me dijo: «Ahora caminaremos juntos». Y desde entonces caminamos juntos”.
Así contaba el chino la historia de la compasión del Señor Jesucristo.

El relato de hoy nos lleva a reflexionar en varias cosas.
Primeramente, me hace pensar en todas las alternativas que Satanás
nos ha preparado para adorar lo que sea, excepto al único Dios que
debemos adorar. No es de extrañarse, ya que a Jesús mismo lo tentó en
tres ocasiones con la intención de que lo adorara.
Hoy día vemos todo tipo de cosa, donde se hace presente la fuerza del maligno
ya sea en los juegos de vídeo para niños y adultos, en muchas películas,
en anuncios, en Internet, en obras de teatro y todo tipo de dioses a
través de las diferentes religiones en las diversas culturas.
Una de las religiones que encuentro muy curiosa es la de la santería.
Según una vecina que tuve hace muchos años, ella me contaba que una
vez fue “cristiana”, pero luego se convirtió a la santería.
Decía que era prácticamente lo mismo, porque dentro de la santería se
procura el bien y la paz. ¡Qué pena que con frecuencia nos dejamos engañar
tan fácilmente!

El hombre que cuenta su testimonio de salvación en el relato de hoy,
también nos deja entrever que nada ni nadie puede salvarnos,
excepto Jesucristo.
La palabra de Dios dice en Juan 14:6… Yo soy el camino, la verdad y la vida;
nadie viene al Padre sino por mí. Lo triste de todo esto es que cuando
estamos viviendo en pecado, cuando adoramos a otros dioses de piedra, yeso,
cristal o palo, sabemos en lo profundo de nuestro corazón que continuamos
teniendo un vacío inexplicable.
No es hasta que le entregamos nuestro corazón a Cristo que podemos
quitarnos ese peso espiritual. Hoy día hay programas dedicados a brujas,
santeros y espiritistas y miles de personas los encuentran fascinantes.
Sin embargo, no quieren saber nada de conversaciones sobre Aquel que dio
su vida en la cruz del Calvario en propiciación de sus pecados.
Lo único que Jesús quiere de nosotros es nuestra lealtad y obediencia.
A cambio, Él nos regala su propia vida para que podamos disfrutar eternamente
sin preocupaciones inútiles, como las que tenemos en nuestra vida cotidiana.

Entonces, cuando piensan en Jesús, se pintan un cuadro mental de un niñito
que jamás creció y su madre es la que tiene capacidad para otorgarnos
las peticiones de nuestro corazón.
Prefieren inclusive, rendir culto a los ángeles, porque entienden que son
ellos los que nos cuidan, los que nos libran del peligro,
los que nos conceden lo que pedimos.
Me imagino que con tantas tareas cubiertas no necesitan pensar en el Rey de
reyes y Señor de señores.

Estoy segura de que mucha gente habrá de tener un triste despertar.
No solamente por los dioses a quienes les rinden culto, sino muchas personas que piensan que con ir a la iglesia como un “acto social”, habrán cumplido
con su asignación para entrar al reino de los cielos.
Mateo 15:8-9 Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí,
pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.
Ojalá que esas palabras no apliquen a nuestra vida.
Ojalá, tengamos ánimo para amarle como Él nos ama,
ojalá queramos adorarle por encima del cansancio, por encima de la fatiga del
diario vivir.
Ojalá queramos cumplir con sus mandamientos, con alegría y agradecimiento.

El Señor conoce perfectamente bien las tentaciones que sufrimos y sabe
que ante nuestros ojos hay cosas que “parecen” maravillosas y mucho más
fáciles que mantenernos consistentes en sus caminos.
Por eso nos aconseja en Mateo 7:13-14 Entrad por la puerta angosta,
porque ancha es la que lleva a la perdición, y muchos son los que entran
por ella; pero angosta es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida,
y pocos son los que la hallan. Otro mensaje similar, que aunque Jesús
dijo en aquellos tiempos y que debemos adaptar al tiempo presente,
que aparece en Lucas 13:24-27 Esforzaos a entrar por la puerta angosta,
porque os digo que muchos intentarán entrar y no podrán.
Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, diciendo: “Señor, Señor, ábrenos”, Él, respondiendo, os dirá
“No sé de dónde sois”.
Entonces comenzaréis a decir: “Delante de ti hemos comido y bebido,
y en nuestras plazas enseñaste”. Pero os dirá: “Os digo que no sé de dónde
sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad.”

Hermanos es imperativo, es urgente que hagamos como se nos aconseja en Isaías 55:6 “¡Buscad a Jehová mientras pueda ser hallado, llamadle en tanto está cercano”.

Pensamiento: Juan 8:31… Si vosotros permanecéis en mi palabra,
seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad y
la verdad os hará libres.

OREMOS: Para que podamos ver y practicar la verdad del Evangelio de nuestro
Señor y Salvador Jesucristo.

¡A Dios sea TODA la gloria!



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