2 Corintios 12:1 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de 2 Corintios 12:1 | Comentario Bíblico Online

El apóstol nos declara aquí un favor extraordinario, especial, que Dios se había dignado concederle. Aunque no se nombra a sí mismo por su propio nombre, el versículo 2Co 12:5 nos confirma que se trata realmente de él. Lo hace por humildad, pues reconoce que, en el contexto de la Carta, es necesario (v. 2Co 12:1) jactarse de ello, aunque de ordinario no conviene. El versículo 2Co 12:1 ha de leerse en la NVI: «Debo seguir jactándome. Aunque nada se gane con ello, paso a referirme a las visiones y revelaciones del Señor». De entre esas visiones y revelaciones refiere una que le aconteció hacia catorce años (el año 43 o el 44, pues escribe en el 57), cuando fue arrebatado al tercer cielo; es decir, al cielo superior o empíreo, al que llama paraíso (v. 2Co 12:4; comp. con Apo 2:7). No sabe si fue arrebatado corporalmente o sólo en espíritu, pero sí sabe que oyó cosas inefables (misteriosas), que no le era permitido decir. De tal hombre (v. 2Co 12:5) en Cristo, unido a Cristo y así favorecido por el Señor, puede gloriarse, sin ser insensato por ello, por cuanto dice la verdad (v. 2Co 12:6); pero de sí mismo, aparte de eso, no desea gloriarse a no ser en sus debilidades (comp. con v. 2Co 12:9 y 2Co 11:30). Dios exalta a los humildes, y Pablo sabía mantenerse humilde en medio de las más extraordinarias revelaciones que Dios le hacía.

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