Confronte Los Conflictos Sabiamente
Qué espera usted cuando se despierta en la mañana? Disfruta con alegría la salida del sol, sabiendo que el día tiene guardadas algunas notas alegres, o refunfuña y se tapa con la sábana, con la esperanza de que nadie le levante?
Quizá se despierte para oír lloros tales como: «Mamá, Guillermo me pegó» – «José, a mi no me importa si es tu cumpleaños y que tienes un problema en la oficina», o «Rafael, necesitamos tener una conversación…»
Nadie quiere enfrentar estas dificultades. Sin embargo, tiene que darse cuenta que será imposible vivir cada día sin enfrentar cierto nivel de conflicto o crítica. El desafío no está en aprender a evitar esas cosas sino a cómo saber enfrentar cada una de ellas.
Tantas veces nuestra respuesta es levantar las defensas. En lugar de humildemente escuchar la queja, frecuentemente optamos por formular excusas y por lo mismo rehusamos aceptar cualquier responsabilidad en el asunto.
Este acercamiento es rara vez justificado. Una mejor alternativa es rápidamente escuchar la crítica, pedir discernimiento de Dios y la fortaleza para admitir toda falta personal, perdonar a quienes nos han herido, y en oración considerar cómo evitar esta situación en el futuro. Y aunque estos conflictos pueden ser bien dolorosos, deben verse como oportunidades para madurar espiritualmente, y como experiencias por medio de las cuales, las relaciones se fortalecen en lugar de destruirse.
DIOS TE BENDIGA
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