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13 de julio de 2005
1 Samuel 9:17-27
17 Cuando Samuel vio a SaÉl, el SE?OR le dijo: He aquí el hombre de quien te habl?. Este gobernar? a mi pueblo. 18 Entonces SaÉl se acerc? a Samuel en medio de la puerta y le dijo: Te ruego que me ense?es dónde está la casa del vidente. 19 Respondi? Samuel a SaÉl y dijo: Yo soy el vidente. Sube delante de m? al lugar alto, pues hoy comer?s conmigo, y por la ma?ana te dejar? ir y te declarar? todo lo que está en tu corazón. . . . 26 Se levantaron temprano, y al romper el alba Samuel llam? a SaÉl en el terrado, diciendo: Lev?ntate, para que yo te despida. SaÉl se levant?, y ambos, SaÉl y Samuel, salieron a la calle. 27 Mientras descendían a las afueras de la ciudad, Samuel dijo a SaÉl: Di al criado que pase delante de nosotros y siga, pero t? quédate para que yo te declare la palabra de Dios.
Perros so?adores y hombres de la cantera
Uno de los encuentros más trascendentales en la cultura pop sucedi? este mes hace 48 a?os. Un muchacho de 15 a?os llamado Paul McCartney conoci? a un tipo de 16 llamado John Lennon en un almuerzo campestre de la iglesia. Luego de rasguear unas cuantas tonadas en la guitarra, John le pidi? a Paul que se uniera a su banda. Despu?s de probar con nombres tales como «Los hombres de la cantera» y «Johnny y los perros so?adores», finalmente se convirtieron en los «Beatles». El resto es historia del rock.
?Fue el encuentro de Lennon y McCartney una cuesti?n de casualidad? ?Y el encuentro de Samuel y SaÉl? Dios tenía mucho más en mente que un mont?n de éxitos disqueros cuando se asegur? de que el camino del profeta se cruzara con el del futuro rey.
El día que se encontraron, SaÉl no estaba buscando su destino; estaba buscando las asnas perdidas de su padre (1 Samuel 9:3). A Samuel no le emocionaba encontrar al primer rey de Israel; pensaba que era una mala idea (8:6). Pero Dios se?al? a SaÉl y dijo: «He aquí el hombre» (9:17).
Ese encuentro cambi? el futuro de SaÉl. . . y el futuro de toda la naci?n de Israel. ?Alguna vez has tenido un encuentro como ese, que parec?a al azar pero que result? ser un evento que cambiar?a tu vida (o tal vez ese a?o de tu vida)?
Algunas veces intuimos que un pequeño evento podr?a convertirse en algo grande y tratamos de escondernos. Tal vez nuestro escondite no sea un mont?n de equipaje como lo era el de SaÉl (10:22), pero sí puede que sea un mont?n de amigos con los que nos sentimos cómodos, algún centro de estudios o de trabajo en el que encajamos y nos sentimos importantes, o alguna relación rom?ntica que no es la más grandiosa pero es mejor que estar solo, ?cierto?
Probablemente SaÉl se sent?a cómodo cuidando de las asnas y haciendo mandados para su padre. Podr?a haber tenido una vida com?n que honrara a Dios. Pero ese encuentro «casual» con Samuel result? ser el inicio de algo que fue más allí de los sueños más descabellados de SaÉl.
Dios también tiene un plan para ti. ?Estar?s listo cuando Él programe una reuni?n? –TC
destino
?Qu? encuentros «casuales» en mi vida se han transformado en algo grande? ?Qu? es lo que más temo que Dios pueda tener en mente para m?? ?Por qué?
en resumidas cuentas: algunas veces, Dios convoca encuentros inesperados.
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