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22 de julio de 2005
1 Cr?nicas 29:13-17
13 Ahora pues, Dios nuestro, te damos gracias y alabamos tu glorioso nombre. 14 Pero ?quién soy yo y quién es mi pueblo para que podamos ofrecer tan generosamente todo esto? Porque de ti proceden todas las cosas, y de lo recibido de tu mano te damos. 15 Porque somos forasteros y peregrinos delante de ti, como lo fueron todos nuestros padres; como una sombra son nuestros días sobre la tierra, y no hay esperanza. 16 Oh SE?OR, Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para edificarte una casa para tu santo nombre procede de tu mano, y todo es tuyo. 17 Sabiendo yo, Dios m?o, que t? pruebas el corazón y te deleitas en la rectitud, yo he ofrecido voluntariamente todas estas cosas en la integridad de mi corazón; y ahora he visto con alegr?a a tu pueblo, que está aquí, hacer sus ofrendas a ti voluntariamente.
G?natelo
Nate Haasis lanz? la pelota de f?tbol [americano], algo que hab?a hecho cientos de veces como mariscal de campo para la escuela secundaria de Springfield Southeast. Pero algo extra?o ocurri? durante el Éltimo juego de su Éltimo a?o de estudios.
?D?nde estaba la defensa?
Haasis encontró uno de sus receptores totalmente abierto, sin ning?n jugador de defensa a la vista, y lanz? una perfecta espiral para alcanzar las 37 yardas [34 metros]. La distancia le dio 5.006 yardas [4.575 metros] de pase de carrera, superando la marca de todos los tiempos para la Conferencia de los Ocho Estados Centrales de 4,998 yardas [4.570 metros].
Luego sali? la verdad. El receptor de Nate hab?a estado totalmente abierto porque hacia el final del partido, su entrenador hab?a hecho un trato con el entrenador del equipo contrario. Los entrenadores conspiraron para permitir que Haasis obtuviera la distancia que necesitaba para establecer la marca, haciendo que disminuyera la defensa.
Mís tarde, en una carta a la Conferencia de los Ocho Estados Centrales, Haasis pidi? que no se contara su pase final y que su marca fuera cambiada al segundo lugar. Su solicitud fue aceptada.
Historias como las de Nate nos pueden alentar en lo que podr?a parecer una ardua batalla por mantener nuestra integridad. Escuchamos voces que nos dicen: Sigue adelante y hazlo, ?nadie lo sabr?! O, Te mereces este placer. . . ?nadie saldr? lastimado ni nada parecido!
Ser honestos y piadosos en nuestros pensamientos y acciones es algo desafiante. Pero dos cosas suceden cuando vivimos una vida de integridad. Mantenemos nuestra dignidad intacta: ni nuestro car?cter ni nuestros valores se dividen. Y lo que es más importante, agradamos a Dios.
David dijo: «Sabiendo yo, Dios m?o, que t? pruebas el corazón y te deleitas en la rectitud» (1 Cr?nicas 29:17). Él declar? estas palabras justo después de que Él y los israelitas acabaran de dar generosamente para ayudar a construir el templo que Dios deseaba. No hab?a nada que ocultar, nada de qué escabullirse. Hab?an hecho lo correcto. Igual que Nate Haasis.
?Est?s pasando la prueba de integridad hoy? –TF
destino
¿De qué manera difiere mi vida en lo secreto de mi vida en público? ?Por qué la integridad le importa tanto a Diosí
en resumidas cuentas: hacer lo correcto a menudo da como resultado el sacrificio.
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