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31 de julio de 2005
Efesios 4:11-16
11 Y Él dio a algunos el ser ap?stoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, 12 a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificaci?n del cuerpo de Cristo; 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condici?n de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 14 para que ya no seamos ni?os, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allí por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artima?as engañosas del error; 15 sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo, 16 de quien todo el cuerpo (estando bien ajustado y unido por la cohesi?n que las coyunturas proveen), conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificaci?n en amor.
Consíguete una vida
?Qu? pasa con eso de la «adolescencia extendida»? La escritora Laura Vanderkam trat? este asunto en una columna reciente declarando lo siguiente: «En a?os pasados, a los veintea?eros se les consideraba listos para trabajar, casarse y procrear. Ahora hemos extendido la adolescencia cinco o diez a?os.»
Si bien es sabio esperar hasta que se es maduro y se está listo para algo tan importante como el matrimonio, Vanderkam tiene raz?n. ?Por qué tantos j?venes adultos miran con renuencia el hacer compromisos para toda la vida?
Muchos padres ahora llaman para quejarse ante los maestros de sus hijos por las calificaciones de estos. . . por las calificaciones universitarias de estos. El correo electr?nico y los tel?fonos celulares permiten a los padres mantener a sus «j?venes aún atados al nido» –escribe Laura.
Algunos lo llaman «sobrevolar». Otros lo llaman «revolotear». Yo llamo a este problema de crianza un síntoma de una sociedad ni?o-c?ntrica. Los padres necesitan conseguirse una vida. Su adoración a la juventud es mala para sus hijos y para ellos mismos. Ninguno de ellos está viviendo según los roles que Dios dise??.
El ap?stol Pablo implor? a los creyentes de la iglesia en ?feso que crecieran en su fe. Sin embargo, en vez de estar «revoloteando» dio a la congregaci?n a su cargo un mensaje centrado en lo que tenían que hacer para buscar la madurez.
Resumi?ndolo: ?Que crecieran en Jesís!
«Con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soport?ndoos unos a otros en amor» (Efesios 4:2), escribi? Pablo. Estos elementos forman parte de lo que significa «hasta que todos lleguemos. . . a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo» (v.13). Si no buscamos la madurez en nuestra fe seremos lanzados de un lado a otro y permaneceremos siendo ni?os en cuerpos de adultos (v.14; 1 Corintios 13:11).
Es tiempo de tomar nuestra fe y nuestro lugar en serio. Por fe debemos «[crecer] en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo» (Efesios 4:15). Nuestro lugar es usar nuestros dones espirituales (vv.11-12) para que los demás sean «edificados»; para que crezcan.
No le tengas miedo a la madurez en Jesís. ?Es tiempo de que te consigas una vida! –TF
destino
?A quién estoy «atado»? ?Por qué? ?C?mo necesito crecer en mi fe y en mi lugar en la iglesia?
en resumidas cuentas: Jesís nos llama a crecer y a madurar en Él.
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