¿Cómo introducir la Biblia en los países opuestos a Diosí A unos creyentes se les ocurrió colocar unas páginas en bolsas de plástico y arrojarlas al mar cerca de las costas. Así se evangelizó a Albania a través del mar que la separa de las islas griegas.
Cada pequeña bolsa herméticamente cerrada contenía un evangelio con algunas explicaciones y un poco de paja para permitirle flotar. Acompañadas con muchas oraciones se las echaba al agua, teniendo en cuenta las corrientes; luego las olas las empujaban hacia las lejanas playas.
Un albanés que halló un evangelio en la playa y lo leyó, se convirtió al Señor. Vigilando la ribera, recogió varias bolsas y las distribuyó entre quienes lo rodeaban. Fue descubierto y castigado con nueve años de prisión. Cuando Albania se abrió a la libertad, aquellos que habían echado las bolsas lo encontraron y le dijeron: –A causa de nosotros usted estuvo en prisión. ¿No está resentido contra nosotrosí Él contestó sencillamente: –No, ¡valía la pena! Después de nueve años de prisión por Cristo, ese albanés pudo asistir a un culto cristiano por primera vez. Sin ningún otro libro cristiano, sólo con un evangelio, el Señor había tocado su corazón, lo había convencido, tomado para su servicio y sostenido a través de los más injustos sufrimientos.
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