DEJA LA PEREZA Y PONTE A TRABAJAR

«Levantaos, subamos contra ellos, porque hemos explorado la región y hemos visto que es muy buena. ¿No haréis vosotros nada? No seáis perezosos en poneros en marcha para ir a tomar posesión de la tierra.» (Jueces 18:9)

Dios hace su parte, al prometer algo imposible para el hombre; quien debe hacer lo posible, y usar su talento y vigor para obtener y conseguir la meta del Señor. Aquí la tribu de Dan debía conquistar la tierra espaciosa, que Dios les entregaría en sus manos.

El texto menciona que no había rey, era un gobierno de la Teocracia o de Dios. Cada persona hacía lo que quería, había un caos religioso y político. La tribu de Dan no tenía donde habitar, estaba sin heredad por su falta de fe en Dios y su pereza. Luego que el idólatra Micaía, hace un sincretismo religioso pensando así obtener la bendición divina; sucede que el sacerdote levita, vende su lealtad al mejor postor; en este caso la tribu de Dan; quienes se llevan las imágenes de Micaía y al levita.

El pueblo de Lais estaba descuidado, ocioso, alegre y confiado, con las puertas sin cerrar, los muros sin reparar, no avizoraban ningún peligro… Cuán completa fue la victoria que los danitas obtuvieron sobre Lais, Élos hirieron a filo de espada y quemaron la parte de la ciudad?; dice Matthew

En medio de esta apostasía y corrupción religiosa; típica de esta era; la tribu de Dan es confrontada por los espías para que deje la pereza y tome posesión de la tierra; que en efecto, lo hacen porque al fin confiaron en el Señor de la historia.

Para obtener el pan cotidiano y lo necesario para la vida a más de orar al Señor; tenemos que dejar la negligencia y trabajar. Ponga su inteligencia y dones a disposición del Señor.

Alguien intercedía por su vecino inconverso: «Tócalos con tu dedo» El Señor le contestó: tú eres mi dedo, anda y tócalo».

REFLEXIÓN: ¿Qué he hecho hoy a favor de mi Señor?