Lucas 5:17-26 Para el abatido, debe haber
compasión de parte de su amigo. . . . –Job 6:14. Una
estudiante universitaria llamada Kelly se fracturó
el brazo en su primer juego de vóleibol de la
temporada. Esto significaba que no podría trabajar
en su empleo a tiempo parcial. Luego su auto dejó
de funcionar. Para colmo de males, el joven con
el que tenía una relación sentimental dejó de
llamarla. Kelly se sentía tan abatida que comenzó a
pasar horas sola en su cuarto llorando. Laura, una
amiga cristiana que también estaba en el equipo
de vóleibol, se preocupó por ella y decidió
ayudarla. Así que planeó una fiesta. Ella y algunos
amigos recolectaron dinero, y un par de muchachos
consiguió que su auto volviera a funcionar.
Encontraron un empleo temporal para ella en el que podía
usar sólo una mano. Y le dieron boletos para que
fuera a ver a su héroe del baloncesto cuando su
equipo visitó la ciudad. Al poco tiempo, Kelly
volvió a ser lo que era. Cuando preguntó por qué
habían hecho todo eso por ella, Laura pudo hablarle
del amor de Cristo. La historia de Kelly me
recuerda al hombre paralítico que fue sanado por
Jesús. Los amigos del afligido hombre lo querían tanto
como para llevarlo al Salvador (Lucas 5:17-26).
¿Tienes un amigo en necesidad? Piensa en algunas
maneras en que puedas ayudar. Muéstrale el amor
de Cristo y luego comparte el evangelio. Nunca
sabes lo que podría pasar cuando ayudas.

EL VERDADERO AMOR PONE ACCIÓN A LAS BUENAS
INTENCIONES.