ALIMENTO DIARIO
Leer con oración: 2 Ti.3:2-9
?Que tendrán apariencia de piedad, pero negaran la eficacia de ella; a estos evita? (2 Ti.3:5)
PONER ATENCIÓN A LAS PALABRAS DEL ESPÍRITU
En 2 Timoteo 3:4, Pablo habla de traidores, así como Judas que vendió al Señor por treinta monedas de plata. En los últimos tiempos también habrá personas así, quienes por causa de su propio interés y por buscar una posición, traicionarán a los hermanos a quienes deberían ayudar. Personas que actúan así tienen a Judas como ejemplo. No podemos caer en esa condición.
Pablo continúa en el versículo 4: «impetuosos, infatuados», es decir, cegados por el orgullo. Estos son los que se consideran mejores que otros. Piensan que son más preparados, mejores maestros y oradores. Este tipo de personas caerán finalmente en la condición de Laodicea. En los últimos días lamentablemente aparecerá la situación de Laodicea.
Según el original griego, en estos versículos Pablo usó el término «amador» (o «amigo») cinco veces en el sentido negativo: amadores de sí mismos (egoístas – v. 2), amadores del dinero (avaros – v. 2), amadores de los placeres (amigos de los placeres – v. 4), no amadores del bien (enemigos del bien – v. 3) y no amantes de Dios (sino amigos de los placeres y enemigos de Dios – v. 4). Esto es lo que vemos en las personas en estos últimos tiempos.
En el versículo 5 leemos: «Que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella». Es decir, estas personas tienen la forma exterior de expresar a Dios, pero no tienen la realidad interior. La piedad es parecerse a Dios, es expresado en nuestro vivir y en nuestra conducta. En los últimos días, en los tiempos peligrosos, los hombres parecen ser bien piadosos pero en verdad hacen una obra de destrucción en la iglesia con celos, contiendas y envidias. Debemos huir de esa clase de personas.
En el versículo 6 leemos: «Porque de estos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias». Cuando estos hombres oyen con sus argumentos, las «mujercillas» comienzan a tomar partido por ellos y dejan de oír las palabras saludables venidas de Pablo.
Debemos tener cuidado para no oír personas así. Antes, siempre debemos poner atención a las palabras del Espíritu, pues solamente así llegaremos al pleno conocimiento de la verdad (v. 7). Tenemos que entender las verdades, pero ellas deben ser puestas en práctica, haciéndose nuestra realidad; en caso contrario, serán meras doctrinas. Cuando disfrutamos una verdad debemos preguntar: «¿Qué relación tiene esta verdad con mi vida?» Que no seamos como esas mujercillas insensatas que siempre aprenden y jamás pueden llegar al conocimiento de la verdad. Por el contrario, seamos «vírgenes prudentes» (Cfr. Mt 25:4,10 b).
En 2 Timoteo 3:8-9 Pablo dijo: «Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe. Mas no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos». Según la tradición judía, Janes y Jambres fueron los magos egipcios que se opusieron a Moisés (Ex 7:11-12). Nosotros no podemos ser así; no podemos resistir a la verdad; no debemos discutir con nadie.
Poco a poco toda insensatez será evidente. Así como ocurrió en la época de Moisés, así será en los últimos días: las personas resistirán a quienes son de Dios, a quienes siguen la dirección del Espíritu.
Pregunta: ¿Cómo se hace realidad la verdad?
Dong Yu Lan
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