«No le pidas a Dios que te quite la tormenta… pídele que te permita encontrarlo a él en medio de la tormenta»

Frase simple que nos hace reflexionar sobre muchas cosas. Primero, cuando existen problemas y dificultades en nuestra vida, la solución no es decir «Dios sácame de aquí» sino «Dios, dame tu mano e lumíname para salir de aquí».

Si bien es cierto Dios es nuestro Padre, no es paternalista ni nos quita identidad, si de algo puedes estar seguro es que Dios alimenta a las aves, pero no les aparece comida en el nido.

Segundo, Dios no nos ha enviado a este mundo a tenerlo todo fácil y sin esfuerzos, de lo contrario nuestra vida sería aburrida y sin sentido.

Pues al igual que Dios no nos permite ver el futuro pues sabe que no estaríamos tranquilos, no nos da todo fácil NO porque no tenga amor hacia nosotros, sino porque no quiere que nuestras vidas sean vacías y sin sentido.

La vida es reto, lucha, fallas, errores, pero Dios no nos ha dejado solos en este mundo, nos dejó a su hijo quien dijo :

«Estaré con ustedes siempre hasta el fin del mundo» y si el fin del mundo no ha llegado, quiere decir que Jesús sigue estando a tu lado dispuesto a ayudarte a seguir adelante y levantarte, si tú le das la oportunidad y se lo pides.