Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres,para ver si había algún entendido que buscara a Dios. Salmo 53:2.

Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Romanos 3:12.

El verdadero problema (1)

¡Cuántos delitos acumulados! Un hombre provocó un grave accidente; huyó, pero fue alcanzado. Se demostró que estaba bajo el efecto del alcohol y que ya había causado varios accidentes por la misma razón.

Pero se le ocurrió escapar de la condena haciendo creer que había muerto. Fingiendo ser otro, y con una firma falsa, envió una carta al tribunal; ésta detallaba las circunstancias de su fingida muerte. Su ardid tuvo éxito.

Creyó haberse librado de su pasado; consiguió documentos falsos y trató de rehacer su vida. Además se sometió a un tratamiento de desintoxicación. Pero la mejoría no duró mucho tiempo: no pudo resistir a la tentación del alcohol y provocó un nuevo accidente. Engañándose a si mismo y a la sociedad, no resolvió el verdadero problema.

Como ese hombre, la humanidad tiene dificultades. Mas el verdadero problema está en el corazón. He aquí el testimonio de un periodista: ?La ciencia y la tecnología progresan; la mente de los hombres cae en la bajeza y probablemente no difiere del la de sus antepasados. Raramente se ve al prójimo como a un hermano, más bien se lo ve como un antagonista, un competidor, un enemigo…?.

Sí, el problema está en el corazón del hombre, pero su solución está en el corazón de Dios. Amigo lector, él le ofrece la salvación por medio de la fe en Jesucristo.