REFLEXIONES CRISTIANAS – MANTENTE EN LA UNICA LUZ

Jesús aseguro con claridad que EL es la LUZ del mundo. La única LUZ. De esta verdad asegurada por Cristo, se llega a comprender que en la medida que incrementes tu relación con el, de esa manera su LUZ te invadirá de manera completa en todas las áreas de tu vida por medio de su Espíritu Santo. Para hacer que su LUZ te sature completamente, no hay otra vía como la de mantenerte en oración y en la meditación continua de su Palabra todos los días y un tiempo considerable. Esto es algo que ha de ser prioritario en ti antes que cualquier otra cosa. No debes posponerla por nada del mundo; hacerlo seria que la luz comience a opacarse como consecuencia de los estorbos que favorecen tus impulsos carnales.

Obviamente que mientras mas te mantengas en LA LUZ de Cristo, tu conocimiento con respecto a Dios será mas claro y digerido por el Espíritu Santo al momento de meditar en la Sagrada Escritura; es así como tendrás convicciones sobrenaturales sobre la Revelación Bíblica en medio de un mundo que ignora por completo las verdades divinas y que las ha sustituido por la palabra del hombre.

Cuando tu te mantienes en la LUZ de Cristo es cuando llegas a tener la plena convicción  que Dios no es una ilusión fabricada por tu mente o una fuerza impersonal que esta a millones de kilómetros de tu insignificante existencia, sino que es un Dios REAL y PERSONAL; un Dios que no es ALGO  sino que es ALGUIEN que vive y obra poderosamente en ti, pero que también lo hace constantemente a lo largo de todos tus acontecimientos diarios, aun en aquellos que son amenazantes y extremadamente peligrosos como los que ahora esta experimentando el mundo entero. No en vano el Señor Jesús dijo con claridad que la maldad habría de propagarse y multiplicarse de manera generalizada, pero que también su presencia seria una realidad en todos los momentos vividos de aquellos que nos hemos consagrado a el.

Los resultados de esta presencia REAL y VIVA, hace que en tu interior tu puedas sentir confianza, gozo, paz, seguridad en medio de todos los pasos que des por muy peligrosos que estos sean. Estarás consciente que su presencia te acompaña así como cuando la nube y la columna de fuego acompañaba al pueblo judío  a través del árido y candente desierto. Es tal la convicción de la presencia de la LUZ en tu interior y a tu alrededor que todo TEMOR e INSEGURIDAD desaparecen de tu vida, dándote así el impulso de trabajar con confianza en el ministerio asignado; dándote el impulso de hacerlo de manera espontanea y absolutamente confiados en su protección y provisión.

José Alfredo Liévano [email protected] San Salvador, El Salvador, C.A. Lunes 12 de diciembre 2005.