En el pasaje bíblico para hoy leemos que un visitante misterioso e impresionante apareció a Manoa y a su mujer,

(los padres de Sansón).Cuando Manoa preguntó: ¿Cual es tu nombre?. El visitante no respondió a la pregunta directamente, sino que ascendió en la llama del altar…(Jueces 13:17-20). Entonces Manoa supo que había visto a Dios en forma humana.

¿ Quién puede comprender a ese Dios, el Dios que escribió el programa de 3.000 millones de letras en la molécula de ADN de cada célula humana? ¿Quién puede entender plenamente al Dios que lo sabe todo, hasta nuestros pensamientos internosí Sin embargo, nuestros santos del Antiguo Testamento conocieron y amaron a este Dios. Experimentaron el gozo de su gracia y perdón, a pesar de que no entendían totalmente cómo un Dios santo podía perdonar pecados.

Los cristianos también nos quedamos asombrados ante la majestad y el misterio de un Dios incomprensible. Pero tenemos una gran ventaja porque lo vemos revelado en Jesús, el cual dijo: El que me ha visto a mí, ha visto al Padre…(Juan 14:8). Y cuando Jesús pendió de una cruz, reveló la compasión y el amor de Dios, pues murió allí por nosotros.

¿Misterioso? Sí, Pero ¡qué maravilloso que podemos conocer el amor de este Dios incomprensible!

ENTENDER A DIOS ES IMPOSIBLE, ADORARLE ES IMPERIOSO.