José es una muy hermosa figura del Señor Jesús, quien la noche en que fue entregado para ser crucificado, instituyó la Cena y formuló a sus discípulos este deseo: ?Haced esto en memoria de mí?. Su anhelo es que los redimidos lo recuerden constantemente en sus sufrimientos y muerte.

       Existen miles de cristianos que gustosos aceptaron la salvación conseguida por el Señor Jesús en la cruz del Gólgota al precio de su vida. Pero pasa un domingo tras otro sin que respondan a su deseo y celebren la Cena en memoria de él. ¿No se parecen al jefe de los coperos, quien olvidó el favor que José le había hecho?

       Por eso, en el Salmo 31:12, proféticamente el Señor Jesús se lamenta: ?He sido olvidado de su corazón como un muerto?. Y en el Salmo 69 David habla anticipadamente de la tristeza del Señor, diciendo: ?Esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo? (v. 20).