La Paz Que Buscamos Según La Biblia

“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27).

En el alto de una montaña, entre Chile y Argentina, se encuentra una grande estatua intitulada “Cristo de los Andes.” El monumento conmemora la firma de un tratado de paz en 1903 después una larga contiende en la frontera entre los
dos países.

Los cañones argentinos, que aterrorizaron los chilenos, fueron derretidos y utilizados en la construcción de la estatua. En la base del monumento hay una grabación, en español, que dice: “Estas montañas se desharán en polvo antes que argentinos y chilenos quiebren la paz jurada a los pies de Cristo, el Redentor.”

Esta esperanza es loable y digna de alabanza, pero sabemos que la alianza de los dos ejércitos no asegura, verdaderamente, la paz. La verdadera paz fue asegurada por Cristo a los discípulos mientras iba para la cruz.

En las batallas arduas y difíciles de este mundo, ansiamos por paz para nuestros corazones. Los problemas enfrentados nos abruman, los conflictos del alma nos acongoja, las intemperies causadas por las incertidumbres nos apavoram. ¿Clamamos por paz? Y ¿dónde ella está?

En las carreteras pedregosas de este mundo, mientras el viento sopla fuerte sobre nosotros, nos esforzamos por avistar la paz y ella parece estar distante. Cuando el barco de nuestra vida enfrenta la turbulencia de los mares de nuestras inquietudes, parece que somos echados de un lado para otro y el temor del naufragio nos atemoriza. Nuestros ojos corren hacia el horizonte buscando la busca y ella no es encontrada.

Muchas veces no sabemos es que la verdadera paz está bien próxima de nosotros y quiere habitar en nuestros corazones. El Señor es esta paz y en Él podremos enfrentar todas las tempestades de ese mundo con la osadía de los animosos y vencedores. Es el Príncipe de la Paz y cuando estamos caminando con Él, el temor no encuentra espacio en nuestras vidas.

¿Y usted ya encontró esta paz?

Paulo Barbosa
Un ciego en el Internet