La inseguridad personal

1. La inseguridad produce inestabilidad. Un líder que no está seguro de quién es, luchará mucho en ayudar a otros a saber quiénes son. La mayoría de estos líderes viven luchando tanto con sus propias identidades que a la hora de tener que dar liderazgo a sus seguidores, están cansados emocionalmente al grado que se hacen vulnerables a cometer graves errores de cálculo y decisión.
2. La inseguridad produce necesidades emocionales irregulares. Cuando una persona no se siente segura, corre el riesgo de buscar el favor de las personas y de quedar bien con la gente con el fin de llenar el vacío emocional que le produce la inseguridad. Esto es peligroso porque el líder que siente la necesidad de guiar para llenar alguna necesidad emocional no tendrá claros los pensamientos y sus razonamientos estarán empañados con la neblina de sus necesidades emocionales. por ejemplo, tomará decisiones en base a lo que cree que le acarreará favor con ciertos individuos, llenando así su necesidad emocional, en lugar de tomar decisiones que redundarán en el avance de la organización. En pocas palabras, la inseguridad busca la popularidad en lugar de la estabilidad.
3. La inseguridad produce despotismo. Aquel líder que no está seguro de sí mismo lo intentará cubrir con una máscara de superioridad absoluta. Se la vive recordándole a todo mundo que él es la máxima autoridad, reclamando que todos se sometan a su voluntad y decisión. La razón principal que lo tiene que repetir tantas veces es porque él mismo necesita escucharlo porque se está tratando de convencer que él es la cabeza. Líderes seguros no tienen necesidad de estar reclamando su autoridad porque saben quiénes son. No hace falta reclamar la autoridad cuando se sabe que la tiene. Si se tiene que reclamar la autoridad es porque ya se perdió. Los líderes inseguros contínuamente reclaman su autoridad y viven como dictadores y no como servidores.
4. La inseguridad produce insipidez. El otro extremo al punto anterior es que un líder inseguro si no recae en despotismo será insípido. No confrontará a nadie, no tomará decisiones firmes, no determinará las cosas sino que vivirá como paja en el viento doblándose para dondequiera que le sople las circunstancias. Muchos líderes políticos tienen esta tendencia, por ejemplo. Viven de acuerdo a las más recientes encuestas en lugar de vivir en acorde a sus principios y valores. De hecho, muchos de ellos permiten que las circunstancias definan sus principios y los cambian con cada viento que sopla. Esto es sumamente peligroso y el desastre que acarrea en la vida de sus seguidores es incalculable.