1. Cuando vemos cómo aumentan el ocultismo y el esoterismo con sus graves consecuencias, difícilmente se puede negar la existencia de seres demoníacos o satánicos.

2. No creo en la existencia de un diablo como lo representan algunas imágenes o leyendas populares. Este horripilante y ridículo ser con patas de caballo, cola y tridente que atormenta a los seres humanos en el infierno con un ejército de «subdiablos» es pura fantasía. Este no es el ser maligno como lo describe la Biblia.

3. Ciertamente creo en la existencia de la persona que la Escritura llama ?Satanás?, que significa el adversario de Dios, llamado también ?el gran dragón?, porque es cruel; ?la serpiente antigua?, porque es astuto; ?el diablo?, pues tienta y acusa a los seres humanos. En otros pasajes también se le llama ?el príncipe de este mundo? (Juan 12:31; 14:30; 16:11) y ?el dios de este siglo? (2 Corintios 4:4).

       Pero uno más grande que él, Jesús, venció ?al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo? (Hebreos 2:14). Por ello, todos los que creen en el Señor Jesucristo son liberados del poder del enemigo de nuestras almas. El deseo de nuestra alma ahora es servir fielmente a nuestro nuevo Amo. ¡A él sea nuestro eterno agradecimiento!