Mujer Cristiana – Mujeres en Crisis – Rut 2:1-2

Rut 2:2 dice: «Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo y recogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallaré gracia. Y ella le respondió: ve, hija mía». Pero, Dios dignifica a la mujer. Dios valor a la mujer, lo mismo que al hombre. Dios no quiere a nadie con cadenas de esclavitud. Aquello que un Booz le niegue a usted, el Dios del cielo se lo concederá. Cuando los ojos de un marido, o un jefe, no te valoren, no le den mérito a tu servicio, el Dios infinito te da mérito.

En Rut 2:15 dice: «Luego se levantó a espigar, y Booz mandó a los criados diciendo: que recoja también las espigas entre las gavillas; y no la avergoncéis». Yo no creo que nadie tenga que estar recibiendo vejámenes de otros.

Los que servimos al Señor somos libres. Esa libertad es para la esposa, el marido, el hijo. Cuando uno no tiene la dicha de tener un Booz, todavía le queda elSalmo 27: «Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Jehová con todo me recogerá». Parecía que el destino de Rut era ser esclava. Tú te puedes mover con un pensamiento diferente al de Dios. Tú puedes tener objetivos diferentes a los de Dios. Te pido hoy que te preguntes, si lo que tú aspiras es lo que Dios quiere. El plan de Dios para ti es mejor que el que tú concibes. Es mejor que el que tú deseas y esperas. Si tú has tratado con todas las llaves de abrir puertas y no has podido, prueba aquello que Dios tiene que tú no conoces.

Dale a Dios la oportunidad de ser el Booz de tu vida, para que tú veas que un ayer de pérdidas se convierte en un presente de ganancia. Escuchad: «En Dios hay cambios, en Cristo, oportunidades». Lo que pasa es que esto no es mágico, se cultiva. Rut lo probó empezando desde abajo. Cuando Dios vio su sencillez, le dijo: «Le voy a dar recompensa». Puso gracia en los ojos de Booz. Dios puede poner gracias en los ojos de tu marido. Cuando Dios va a bendecir, pasa por encima de las normas y los preceptos. Rut se casó con Booz que no estaba en la línea de redimir. Y se convirtió en el tronco generacional del cual vino Jesús. Esta es la primera mujer que Dios le cambió su crisis.

La segunda mujer es Ana. Mujer estéril. La ley era poca piadosa con las mujeres estériles. Se sentía que tenía que compartir con otra su marido. Hay unas que creen que toda su vida tienen que estar en competencia y aceptan que su marido tenga dos. Hay otras con dignidad y le dice que la cadena hay que romperla enseguida. El problema que tiene Ana es que su marido tiene otra mujer. Esta mujer, buena, sencilla, íntegra fue a llorar su pena al Todopoderoso.

Hay yugos y cadenas que solo los puede romper el poder de Dios. Hay nudos que el diablo los hace, que no los puede romper la terapia, ni la consejería, son cadenas tan fuertes que solo pueden ser rotas por el poder del Señor. Ella se fue a orar. El Sacerdote Elí le dijo: Estas borracha?( 1Sam. 1:14-17). Ella le dijo a Dios: «Señor si tu me das un hijo yo te lo dedico a ti». Dios le respondió dándole un hijo.

Aquel hijo nació y Dios le hizo profeta. Samuel ungió al primer Rey de Israel, Saúl. Ungió al segundo Rey de Israel, David. Porque cuando Dios le va a dar una bendición a una vida en crisis, se la da bien buena. Cuando pidas una migaja, Dios te dará en abundancia. Dos mujeres en crisis: A Rut, viuda, le llenaron las tinajas. A Ana, la misericordia y la felicidad la alcanzaron. «Mi corazón se regocija en Jehová» 1 Sam. 2:1-2.

Pastores Mauricio & Elizabeth Guidini

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