¿POR QUÉ DIOS NO ESCUCHA AL IMPÍO?
«Allí claman, pero él no escucha, a causa de la soberbia de los malos. Ciertamente Dios no escucha lo que es vanidad; ni siquiera lo mira el Omnipotente» (Job 35: 12-13)
¿Puede Dios oír al «cristiano» que maltrata a su mujer? ¿Oye Dios la oración de un asesino? ¿Se agradará Dios de una oración, de un religioso de doble moral? ¿Oirá Dios el pedido de un líder hipócrita?
Eliú sigue razonando, y crítica la conducta de Job al creer que es más justo que Dios. No lo consuela, sino reprende su actitud y siendo un hombre impío, dice algo interesante; que Dios no oye al soberbio ni está con los vanidosos.
Eliú dice que la oración (de Job) no es respondida porque le mueve su propio interés, cuando está en apuros, y así no es mejor que el clamor de los animales. (Biblia. Caribe. 1980)
Lo que Eliú ignoraba es que la enfermedad de Job, se la puso Satanás, y que Dios lo estaba probando. Cuidado con juzgar a una persona que no es escuchada por Dios, por algún pecado. Es claro que Dios no escucha al injusto y pecador; pero hay ocasiones que su respuesta es más bien, espera.
Sin lugar a dudas, que un Dios justo y santísimo, no puede escuchar a una persona impía,(AUN EL IMPIO ESTA MUERTO ESPIRITUALMENTE DELANTE DE DIOS, SIN HABER ACEPTADO A CRISTO) porque obra con crueldad y egoísmo. El caso del jefe de la lechería, que dijo a su empleado, «¿Juan ya le pusiste agua a la leche?, Sí patrón, entonces, ven y oremos a Dios».
¿Con qué autoridad moral oramos a Dios, cuando somos injustosí Es mejor arrepentirse y pedir perdón para ser escuchados por Dios.
Es que el Señor oye al que le obedece, al que es justo con el pobre, al que trata bien a su cónyuge,… y anda en los caminos del Señor. Estamos para orar por Ud.
REFLEXIÓN:
«Pedís, pero no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites» (Santiago 4:3)
¿Te gustó este artículo?
Suscríbete a nuestro canal de YouTube para ver videos sobre temas bíblicos.
Visita nuestros cursos bíblicos.
Se miembro de nuestro ministerio y obten todos los recursos.
