Ensancha 2006

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Promesa y Juramento
Claudio Freizón

Ustedes conocen la historia cuando Jesús resucitó. Se imaginan a los discípulos cuando vieron a Jesús resucitado, ellos fueron los primeros que predicaron porque fueron a decirles a los ancianos que Jesús resucitó. “Esta es la verdad, lo vimos”, dijeron. Los ancianos dijeron “la verdad no se puede dar a conocer”, y estas personas financiaron la mentira. Desde tiempos antiguos, el diablo intentó detener el mensaje de Jesús. Y eso es lo que está haciendo Hollywood, financiando mucho dinero en las películas, como Harry Potter, pero ustedes son los que van a llevar la verdad.

El diablo siempre quiso retener la verdad. Este es el tiempo de conocer la verdad a través de todos los medios que tenemos para proclamar a Dios. Dios hoy te dice: “Prepárate porque vas a vivir todas estas cosas que he puesto en tu corazón”. Gálatas 3:29. Nosotros, a través de Cristo somos herederos.

Pero vamos a Hebreos 6: 13-20. El Señor nos dice que las promesas que Abraham recibió no sólo son para Él, sino también para nosotros a través de la fe. Esta promesa ha sido hecha a todos, con lo que por fe conocemos a Jesús, somos herederos de las promesas de Dios. Esta promesa es cierta, no hay duda que Dios te bendecirá con abundancia. Abraham era el padre de la fe, entendía las cosas del espíritu.

Habiendo buscado a uno mayor, no encontró, no hay uno mayor; por lo tanto, lo juró por sí mismo, dijo “te bendeciré con abundancia y te prosperaré grandemente”. Y no sólo fue hecha para Abraham, sino estaba llegando a todos los que por la fe le creen.

Hebreos 6:17. El Señor dijo a Abraham “te voy a bendecir con abundancia”, y no sólo se lo prometió, también lo juró. El juramento lo interpuso para aquellos que iban a heredar la promesa a través de Abraham. Muchos dicen “no veo la multiplicación, no miro que las cosas pasan”, pero hoy Dios te dice que hay una Palabra de Dios en tu vida, que está sobre ti, para ser bendecido.

Han pasado críticas, rechazos y están pasando por cosas difíciles, pero habrá un momento en que Dios te va a prosperar y pronto viene la abundancia. La angustia termina, la depresión ha terminado. Viene un tiempo en que las promesas que Dios te ha jurado, se van a cumplir. No es algo que el pastor lo está diciendo, es Dios el que te dice que tus hijos van a predicar, a danzar, a hacer maravillas para Jesús, y lo que no has visto en estos años lo vas a ver en estos días.

Hebreos 6:18. “Para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta…” Dios no miente. Si Él te dijo que te va a bendecir es porque lo hará. Hay dos cosas inmutables: La promesa y el juramento. Hoy tómate de esta promesa, porque Dios ciertamente la hará realidad en tu vida, no importa qué situación estás pasando, pero vas a ver los cielos abiertos en tu casa. Di: “Dios me va a bendecir y me va a multiplicar porque yo le creo a El”.

Y el autor de la carta a los hebreos dice que esa promesa y ese juramento es un ancla. Yo tomo la promesa y el juramento y la arrojo al trono de Dios. Declaro que estoy tomado de la Palabra y sus promesas, porque Dios me dijo que me va a multiplicar, y no importan los inconvenientes, porque yo estoy tomado de la promesa y del juramento.

Di: “Yo lo recibo, declaro sobre mi familia, que serán salvos, que vendrá el gozo del Señor a mi casa, la sanidad. Voy a ver los cielos abiertos, veré la gloria de Dios en mi vida. Hoy lo tomo, tengo la promesa y el juramento y no la voy a soltar.”   Y verás todo lo que hoy has declarado.

Esta palabra es para todos aquellos que el diablo los ha engañado por años, y han vivido en fracaso. Pero hoy es el tiempo.

Hay tres cosas que le pasaron a Abraham, antes de alcanzar las promesas y las maravillas de Dios en su vida.

Primero: Dios lo mudó de dirección espiritual. Génesis 12:1-2. Significaba para él salir geográficamente. No puedes seguir en el mismo lugar después de esta prédica, y al salir de Ensancha, porque Dios dice que no puedes seguir en ese domicilio espiritual. Nunca más serás la misma persona.

Es el tiempo de moverte, de cambiar de dirección espiritual, de salir de todo aquello que te estaba frustrando hasta ahora, de empacar todo lo viejo y decir “yo vuelvo a mi lugar, a mi iglesia, con una nueva unción, una nueva palabra”.

Te vas a mover en lo sobrenatural. Tal vez tú has tenido un testimonio, que no ha sido el mejor, y las personas te conocen quejándote, deprimido por los problemas, pero cuando Dios habla de mudarte, es que las personas te digan “no te conozco más”. Te lleva a un atrevimiento, logrando cosas que hasta ahora no habías hecho. El Señor le dijo a Abraham “hay en ti una nación grande”. Y Dios ya miraba en él un potencial, como lo está viendo contigo  ahora, porque hay una nación en ti, hay multitudes en ti, porque hay cosas que ojo no vio ni oído oyó. El diablo luchó contra usted no porque le importe lo que está haciendo hoy, ¡no! El lo hace porque sabe el destino que usted tiene.

La Palabra de hoy es la Palabra que Dios me dio: “Si estás dispuesto a caminar en lo sobrenatural, yo te bendeciré como nunca antes en tu vida”. Cuando El habla de bendecirte, es porque El se toma la responsabilidad de hacerlo.

El dice que tu nombre será relacionado con la gloria de Dios. El te sacará de atrás hacia delante. Ha preparado para revelarte lo que aún no se ha visto. Múdate hoy, deja atrás hoy tu pasado, tu pecado oculto, y di “me voy a un nuevo lugar, a lo que tiene Dios”. Hay una nación en ti, hay autoridad en ti, hay gloria de Dios en ti. Toma la promesa y el juramento y di “Ya no voy a volver a mi viejo domicilio, porque Dios me ha dado un nuevo nombre relacionado con su gloria, con lo sobrenatural, con estadios llenos”.

El Señor te dice: “Haré que seas de bendición y serás como el manto que he tocado del maestro”. Ese manto fue como bendición, serás como la sombra de Pedro, porque donde entres, serás como bendición, entrarás a tu barrio con una bendición. Aunque el diablo no le guste, el Señor te llamó a ser de bendición. “Serás como el arca cuando entró al templo de Dagón, y cayó el ídolo, así caerá el diablo delante de ti, y serás de bendición”, dice el Señor, porque te cambié, te mudé, serás un abridor de caminos, y serás de bendición para muchos que no conocen del Señor.

Hay una autoridad que te está siendo restaurada, para que cuando llegues a tu casa, digas “la autoridad está sobre mí”. Cuando el hombre pecó, perdió la comunión, la autoridad, el carácter, la multiplicación, pero Cristo te restaura hoy.

“Hoy devuelvo la comunión con mi espíritu,” dice el Señor, “crecerás con autoridad a tal punto que cuando llegues a tu casa echarás fuera al enemigo.”

Jesús dijo “toda autoridad te devuelvo ahora, y la multiplicación”.

A Abraham, Dios lo mudó, pero también le dio una visión y le mostró las estrellas de un cielo. Le dijo “así será tu descendencia”. Una visión siempre te queda grande. ¿Sabes por qué Dios te da una visión grande? Porque quiere que crezcas. Tal vez hoy tienes una visión que te queda grande, pero sigue orando sigue creyendo, porque un día la vas a ver real en tu vida. 

Lo tercero que le hizo Dios a Abraham fue que le cambió el nombre. El Señor dice: “Hoy tengo un nombre nuevo para ti”. Ya no me llamo derrota, ni terror, ni desastre, ni frustración, porque Dios ya te mudó, ahora vivirás en lo sobrenatural, en la salud, la bendición.

Cada uno de ustedes tiene en su mano la promesa, y te dije que vas a ver la abundancia.