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Mas alla del dolor
¿Hay vida después de la vida? ¿Es la muerte el fin de la vida o el comienzo de otra? Pertenecemos a una generación que procura olvidar la muerte. Nuestra cultura se caracteriza por la negación de ella, procuramos olvidarla negando su existencia. Hasta tratamos de cambiar el aspecto de la muerte en nuestro lenguaje, mediante el empleo de eufemismos. Tratamos de eludir su realidad.
Por regla general, el tema de la muerte aflige al hombre en todas las edades y no solamente en la vejez. Es que desde niños nos sentimos sacudidos por la muerte de parientes y amistades, fueran de todas las edades. Comprendemos que la muerte no escoge las edades.
La Palabra de Dios nos consuela al revelar el destino de los que mueren en Cristo. En Juan 14:2, Jesús, dice: ¿En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy pues, a preparar lugar para vosotrosí. Esto es una clara afirmación de que el que muere en Cristo su cuerpo va a la tumba y su alma retorna a Dios. El apóstol Pablo declara: ?Para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia?. Filipenses 1:21. Y hace una afirmación que, una vez más nos confirma que después de la muerte hay vida y vida en abundancia. Esto está registrado en 2 Corintios 5:1, cuando dice: ?Sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielosí.
En Apocalipsis 21:1-4, Juan nos dice lo siguiente sobre lo que veremos en el cielo: ?He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y Él morará con ellosíy ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.? ¡Qué glorioso saber que aquellas manos que un día fueron horadadas en la cruz del Calvario, serán las mismas que algún día tomará tu rostro entre ellas y enjugará esas lágrimas para siempre! ?Y ya no habrá más muerte…? ¡Qué consoladora esta promesa! Pues es la muerte una enemiga del hombre. Es temida a pesar de que sabemos con certeza las riquezas en gloria que Dios tiene para los que le aman y guardan Su Palabra. El evangelista Yiye Ávila, hace unas preguntas durante sus cruzadas, un tanto jocosas, pero que nos hace reflexionar. Él pregunta: ?¿Cuántos desean estar con Cristo??. Todos levantan sus manos sumamente entusiasmados. A renglón seguido pregunta: ?¿Cuántos desean morirse?? ¡Nadie levanta sus manos! Es que el término muerte en sí sugiere angustia, dolor, desolación y todas esas emociones que son eludidas por los más valientes. El apóstol Pablo usa la palabra ?partir?, que da la idea de alejarme en un barco, o de liberar a un esclavo, de solucionar un grave problema, o de volver al hogar. Esto de por sí, es algo de lo que la muerte ofrece al cristiano.
La muerte para el ateo es una experiencia infernal, de igual manera lo es para todo aquel que ha rechazado a Cristo como Salvador de sus almas. Pues la Biblia establece que para hay eterna condenación para todo el que ha rechazado a Cristo. Pero, ¿qué sucede al creyente, al hombre que tiene fe y que ha rendido su vida a Cristo, recibiéndole como único y exclusivo Salvador? En primer lugar, la muerte trae la libertad permanente del poder del mal. Además la Biblia nos dice que vamos inmediatamente a la presencia del Señor, en un lugar que está libre de la influencia del pecado, el dolor, el pesar y la ansiedad. Esa es la esperanza del cristiano.
A pesar de que la Biblia nos dice que todo obra para bien, pero nunca es claro para nosotros cómo el sufrimiento o el mal puede ser transformado en causa de celebración. Pero, es una promesa de Dios y Él no fallará en cumplirla.
Vivimos en un mundo imperfecto, a consecuencia de la rebelión en el Huerto del Edén. El enemigo de la justicia está activo intentando destruir la fe y la confianza en nuestro amoroso Dios, al igual que intentó hacerlo en la vida de Job. Éste demostró su fe y confianza en Dios cuando dijo: ?He aquí, aunque él me matare, en él esperaré.?Job 13:15ª. El sufrimiento llegará de una manera o de otra a los que viven una vida piadosa. 2 Timoteo 3:12. Hemos visto los grandes hombres de Dios a través de la Biblia atravesar sufrimientos terribles y de la misma manera mantener su confianza en Dios. Decía David: ?Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu callado me infundirán aliento.?Salmo 23:4. Tal vez se nos permita sufrir, física o espiritualmente, y hasta morir, para que Dios reciba mayor gloria. Juan 9:3, pero hay una vida que produce gozo a pesar del dolor, y fe en medio de las pruebas. Me refiero a la vida en Cristo Jesús. Nos promete una esperanza gloriosa que va más allá del dolor, y más allá de la angustia. Esa esperanza es la que nos da la seguridad de que a Élos que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien.?Romanos 8?28.
Aún los creyentes no están exentos de afrontar los momentos difíciles donde llega la crisis o el espectro de la muerte acecha, pues los cristianos son el primer blanco del diablo. Vemos diariamente cuántos milagros hace Dios para poner a salvo a Sus hijos de todas esas maquinaciones del enemigo. Y en las veces que no lo haga, porque Sus propósitos sean otros, nos proporciona Su presencia y Su paz para que se facilite el transitar por el valle profundo.
¿Qué esperanza tenemos al fin en medio de las vicisitudes que la vida pueda deparar? Que hay un cielo nuevo y una nueva tierra. Que hay un lugar donde ya no habrá más lágrimas para todos los que han creído en Cristo Jesús y para todos los que están bajo Su misericordia y Su gracia. Y ese LUGAR estará más allá de todo dolor y será por la Eternidad.
Lydia
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