RESISTIENDO LA TENTACIÓN

Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Stg. 4:7 y 8

¿Cuántas veces se ve el hombre tentado por el maligno durante el día? ¿Y a cuántas de esas tentaciones resiste?

Podemos ver tres tipos de hombres:

Los fuertes, que son los que resisten todas las tentaciones. Son pocos, pero los hay. Solamente se puede ser fuerte contando con el apoyo de Jesucristo. Son personas que han aceptado y se han entregado a su Señor con todo su corazón y están dispuestos a obedecerle, en todo y por todo.

Los medios, son los que resisten las tentaciones graves o ?muy malasí, pero cometen todas aquellas que, ellos determinan, son leves o ?no tan malasí. Y dado que se han hecho, a sí mismos, lo suficientemente blandos y suaves para tolerar estas tentaciones, las cometen ?todasí. Y así pasan la vida inmersos en eso que ellos llaman ?pecadillosí, y creyéndose limpios van ensuciándose poco a poco, día a día, cada vez más, viniendo a verse al fin inmersos en terrenos de maldad del cual, si se descuidan no podrán salir.

Los débiles. Ellos ceden a toda tentación. Están dispuestos para todo capricho de Satanás. Son fieles servidores de Satanás.

Dios a través de su palabra la Biblia, nos enseña, que todo el que comete pecado es del diablo. Es hijo del diablo, es su emisario, su ángel. Y también nos asegura que el infierno está preparado para el diablo y sus ángeles.

El Señor nos ha llamado a ser fuertes, a ser santos, y gracias debemos dar a Jesucristo que nos ha dado la solución. En Santiago Él  nos dice:

Primero.- Someteos a Dios. Esto es, obedecerle, honrarle, amarle. Que  nuestro corazón solo desee agradar a él con nuestros actos.

Segundo.- Resistid al diablo. Cuando alguno dice estar resistiendo la tentación del diablo, es porque resiste solo un minuto, y al minuto siguiente ya cedió, ya cayó. La resistencia fue muy débil. Tuvo muy poco ánimo. Por muy ligera que haya sido la tentación, la resistencia fue aún más débil, y sobre todo, faltó lo principal, la ayuda del Señor Jesucristo.

Tercero.- Y huirá de vosotros. Está probado que todo el que clama a Jesucristo por ayuda y ruega: ?Señor, ayúdame a no cometer este mal?, ?Señor, líbrame de este ataque del enemigo de mi alma?, y resiste la tentación diciéndose: ?No voy a hacer esto? y persevera, llega un momento, por cierto no muy largo, en el cual el Señor viene y aparta de nuestro corazón y de nuestra mente la tentación. Aquel deseo que se nos hacía irresistible, de pronto se esfuma, sin que nos demos cuenta de cuándo, ni cómo o por dónde se fue, pero desapareció. El Señor dice: ?Sin mí nada podéis hacer?. Y ?Fiel es Dios que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para soportar?. 1Co.10:13. El llamado es: ??para que seamos santos y sin mancha delante de él. Ef.1:4.

¿Usted vence las tentaciones o se deja vencer por ellasí

Antonio.