Tu vida está plena de logros, Luchas y grandes esfuerzos, Y aunque a veces no parezca Cada día te vas acercando Paso a paso a lo que tú quieres.
Pero ten cuidado, puedes tener Un enemigo, capaz de destruir Sin piedad lo que con tanto trabajo has construido.
Me refiero a tus propios resentimientos.
El resentimiento es como tomar un veneno Para tratar de envenenar a otro. Mientras el dolor pasa, el rencor se queda, Lo agravas, como a una herida que no se deja sanar.
El resentimiento es un monstruo, Que puede tener el tamaño que le des, lo puedes alimentar Con los pensamientos de queja y de autocompasión Entre más lo crezcas más partes de tu vida invadirá.
La energía que le das a ese fantasma, es la misma Que puedes usar para construir tus sueños O la vida más plena y feliz que te mereces. Quien no perdona sin darse cuenta poco a poco se aísla, Empieza a olvidar o dejar de disfrutar lo grato de su vida.
Con el rencor te haces más difícil, lo difícil y lo agradable se opaca con el tormento de la amargura.
Digno no es quien resiente, Digno es quien perdona.
Qué estúpida es la venganza que mantiene anclado el dolor.
La venganza sabia es dejarlo ir Seguir adelante, es construirse en vez de destruirse.
El perdón es un regalo, para sí mismo Es regalarse la paz. Es soltar la carga Es decidir confiar en Cristo,
de que permitirá que todo obre para tu bien.
No perdones para que el otro cambie Acéptalo, el otro nunca va a ser como tú quieres, Eso no depende de ti.
No le des a nadie el poder de hacerte infeliz Perdona porque decides hacerlo,
porque decides obedecer el mandato de Dios de perdonar a otros, como Él te perdonó a ti en Cristo Su Hijo.
Si esta lista de correo le es de bendicion y desea enviar una ofrenda para ayudarnos a expandir este ministerio en internet; le dejo la siguiente dirección postal para enviar un donativo: Hacer Cheque o Money order a nombre de Carlos Devetac: Apoya La Obra de Dios DONAR A [DEVOCIONALES CRISTIANOS] por paypal
Invite a un amigo a que reciba los mensajes de esta lista, solo pídale que envie un mensaje en blanco a la siguiente dirección: [email protected]
Este mensaje se envía con la complacencia de la nueva legislación sobre correo electrónico: Por sección 301, párrafo (a) (2) (c) DE s. 1618, Bajo el Decreto S. 1618, título 3ro. Aprobado por el 105 Congreso base de las normativas internacionales sobre SPAM, este e-mail no podrá ser considerado SPAM mientras incluya una forma de ser removido. Para cancelar tu suscripción, simplemente envía un correo a [email protected]
Es esposo de la mejor mujer, padre de 2 hijos maravillosos, pastor y director de Desafío Joven. En los últimos 12 años ha trabajado con jóvenes, padres y líderes juveniles. Estudio en Rhema Bible Training Center. Su servicio con la palabra de Dios se ha extendido por más de 27 países en 13 idiomas. Es director ejecutivo y consultor de varios ministerios cristianos, desarrollando conferencias, cursos bíblicos, libros, estudios, devocionales, vídeos y recursos para la vida espiritual.
La parábola del auto de Sandy Gregory: Si ofrezco en venta un auto, que creo que vale 7 mil, y me hacen ofertas que van desde 2 mil hasta 9 mil, ¿Cuánto vale el auto? ¿Los 7 mil que creo que vale? ¿La oferta más baja, de 2 mil ? No. El automóvil vale lo que el postor con la mayor oferta esté dispuesto a pagar en el libre mercado. Las personas son "negociadas" en un mercado espiritual y eterno. No valemos lo que creemos valer, ni tampoco lo que exprese la oferta más baja. Valemos lo que está dispuesto a pagar el postor con la mayor oferta. El mejor postor es Dios, y el precio que figura en la etiqueta es la cruz. Dios nos vio a través de las edades y dijo: " ¡Esa persona será mía, aunque el precio es alto!". Nuestro valor es fijado de una vez por siempre, y nunca podemos cambiarlo ni disminuirlo. Dios ha hecho la oferta final y pagó el precio más alto.