Coronado De Gloria Y De Honra

Le hiciste un poco menor que los ángeles, le coronaste de gloria y de honra, y le pusiste sobre las obras de tus manos. Hebreos 2:7

El versículo de la fecha, extraído de la epístola a los Hebreos, es una cita del Salmo 8. Este pasaje del Antiguo Testamento revela con antelación los propósitos de Dios concernientes al Señor Jesús como hombre. Este texto abarca el pasado como el presente, y además apunta al porvenir.

«Le hiciste un poco menor que los ángeles». Esto nos recuerda la cruz del Gólgota. Los ángeles no pueden morir, pero el Hijo de Dios se hizo hombre para poder morir en la cruz en lugar de los pecadores. Allí nuestro Salvador murió en profunda humillación, cuando tomó nuestro lugar bajo el juicio de Dios y fue castigado por nuestras culpas. Se adjudicó toda «la paga del pecado» (Romanos 6:23) y murió, aunque él mismo nunca hizo pecado.

Después de que hizo la voluntad de Dios en todos los aspectos y cumplió la obra de la salvación para completa satisfacción de su Padre, no permaneció en la tumba. Resucitó de entre los muertos y volvió al cielo, donde Dios le recibió a la «diestra de su poder». Ahora está allí coronado «de gloria y de honra». Así lo ven los suyos y se regocijan por su ensalzamiento.

«Le pusiste sobre las obras de tus manos». Él volverá, pero esta vez con poder y gloria, y regirá sobre toda la creación. La humanidad entera lo reconocerá como suprema autoridad y estará sujeta a él para siempre. ¡Aleluya!

poème:
Gloria sea, gloria eterna
A Jesús, al que murió;
Al que por amor perfecto,
Su preciosa vida dio.