Devocional Cristiano – Te prometí..

Si le haces una promesa al Señor tu Dios, no tardes en cumplirla, porque sin duda él demandará que se la cumplas; si no se la cumples, habrás cometido pecado. No serás culpable si evitas hacer una promesa. Pero, si por tu propia voluntad le haces una promesa al Señor tu Dios, cumple fielmente lo que le prometiste.
Deuteronomio 23:21-23

Los que somos extrovertidos y sanguíneos tenemos grandes problemas, nuestras emociones y exageraciones se adelantan a nuestras decisiones y acciones. Somos los primeros que queremos hacerlo todo, estar en todo, si alguien pregunta quién desea apoyar en tal o cuál cosa. No importa que puedan haber decenas de congregados, tu voz se levantará entre miles y serás el escogido para llevar a cabo la misión imposible.

Mi recuerdo todavía está fresco a pesar de mis años sobre lecciones que aprendí en mi temprana edad, como aquella de ¡ganar premios en el cielo!

-Si ustedes hacen cosas buenas para Jesús, cada buena acción se convertirá en una piedra preciosa que irá volando al cielo-

-Hermana, si le prometo a Jesús que comeré todos los días mis verduras ¿El me dará un premio?-
-¡Claro Martita, a Jesús le gusta mucho esa clase promesas lindas!-
-¿Y qué me dará Jesús hermana?-
-Pues en el cielo hay millones y millones de piedras preciosas que él te regalará por cada promesa cumplida y con ellas podrás construir tu casa celestial-
-¡Yo le haré muchas promesas entonces!-
-Que linda Martita, ¡vas a ver tendrás una casa llena de esmeraldas, rubíes, zafiros, topacios y hasta esmeraldas!!-

-¡Yo quiero que mi casa del cielo sea de diamantes!-
-Pero escucha Martita, si no cumples lo que prometes en vez de piedras preciosas lo que se irá al cielo por cada mentira a Jesús se irán volando latas vacías de pescado, papeles rotos o quemados, paja seca y apestosa, es decir basura…-

-¡No quiero que mi casa del cielo tenga basura! ¡Noooo!-
-Todo lo que haces o dejas de hacer se convertirá en el material con que se edificará tu casa celestial-

Cuando vayas a la casa de Dios, cuida tus pasos y acércate a escuchar en vez de ofrecer promesas de necios, que mi conciencia tienen de que hacen mal. Más bien entre tantos absurdos, pesadillas y palabrerías muestra temor a Dios Eclesiastés 5:1,7.

Es una verdadera tentación hacer promesas sin más y después de haberlo prometido pensarlo dos veces y decidir renunciar, ¿cómo recuperar algo que ya fue consagrado? Es como robar a Dios, es vivir con superficialidad, es vivir precipitándome pensando en lo que voy a ganar y entro en competencias para ganar a otros sin haber sopesado si mi corazón es íntegro.

No puedes volver a tomar algo que ya has consagrado, es un sacrilegio, una ofensa al Señor.
Dios toma en serio cada una de tus promesas, cuando tú le pides algo, él toma en serio tus anhelos y está listo a responderte, si tú no puedes tener la misma sinceridad con él y quieres romper los votos que le hiciste con ligereza estas cayendo en una trampa que no ha sido creada por el diablo sino por tu propio orgullo.

Como la esposa egoísta e infiel que pronto se olvida de sus promesas de amor en las buenas y en las malas, si está lista a romper con una vida y con ella, de los pequeñitos que miran asombrados su deslealtad, ¿puede esperarse que esta misma persona pueda cumplir con Diosí Las promesas hechas son votos consagrados y Dios mira y toma en serio cada una de tus palabras.

Cumple lo que prometes.

Martha Bardales