LA IRA Y LA MISERICORDIA DE DIOS

En mi enojo pisoteé a los pueblos, y los embriagué con la copa de mi ira; hice correr su sangre sobre la tierra! Recordará el gran amor del Señor, y sus hechos dignos de alabanza, por todo lo que hizo por nosotros, por su compasión y gran amor. Si, por la multitud de cosas buenas que ha hecho por los descendientes de Israel! (Isaías 63:6-7)

Es hermoso hablar con los abuelos y ancianos, ellos se recuerdan de muchas cosas del pasado, por ejemplo que los alimentos eran más baratos, que había menos violencia, como se casaban…

El profeta Isaías habla de la ira de Dios, pues, Él es justo y castiga el mal y aborrece el pecado y a los pueblos que odian a Israel. Él pisó como uvas a los enemigos, pero mostró su misericordia a su pueblo arrepentido. Dios es «lento para la ira y grande en misericordia».

Dios tiene un gran amor y hace cosas dignas de alabanza. Él creó el Universo, al ser humano, la naturaleza y nos transforma para que le adoremos.

Isaías desempeña el oficio de un «recordador», hace memoria o trae a colación. En la metáfora da las esperanzas que un padre tiene para sus hijos. Se refiere a la rebelión de Israel luego de la experiencia del desierto, por lo cual fueron castigados pero no desechados. Por amor a sus anteriores misericordias el Señor continuó guiándolos. David es el continuador de la obra de Moisés. (Guthrie. NCB. 1985)

Ahora, hagamos un ejercicio recordemos como Dios nos ama, como nos salvo, y de que manera hemos visto su gracia, su sanidad, su sustento y muchas cosas más.

Él nos ama profundamente. Cuidado con pecar porque la ira del Señor se enciende y demos dar gracias por su amor y misericordia. Adoremos al Señor en este día, oremos por este Ministerio y perdonemos las ofensas.

ORACIÓN:

Señor al recordar tu amor en la cruz, solo puedo postrarme y agradecerte por haberme salvado y ser ahora parte de tu reino. Alabado seas por siempre