Los Cristianos – Ser transformado…
La vida cristiana es una carrera de perseverancia más que de velocidad; es una carrera ascendente y se llega a la cima sólo cuando uno pasa a estar con el Señor, o cuando El venga a buscarnos en las nubes.
Mientras vivamos en la tierra, el crecimiento del cristiano debe ser continuo y ascendente, paso a paso y no a las apuradas.
Dosificar las fuerzas es la clave para ganar una carrera de muchas millas de distancia. Quemar todas las reservas al principio nos dejará sin el oxígeno y fuerzas necesarias para llegar a la meta. La vida cristiana es similar. Debemos tener la meta de crecer, avanzar, paso a paso, y perseverar a ritmo sostenido hasta el final.
Eso es lo que el mensaje de hoy llama «ser transformado». Esto no sucede de un día para otro, sino en un proceso. Por ejemplo: Cuando vinimos a los pies de Cristo, nuestro carácter era violento y hoy tiempo después vemos como el Espíritu Santo ha producido en nosotros un carácter seguro pero pacífico; vinimos al Señor con un vocabulario perverso y sucio, y hoy nuestras palabras son limpias y edificantes. Eso significa ser transformado de gloria en gloria a la imagen de Cristo.
Los cambios que suceden en nuestras vidas, por el poder del Espíritu de Dios, siempre son para nuestro bien y para la gloria del Señor. ¡Vale la pena ser transformado en una mejor persona por el poder de Dios!
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