Elecciones

y  la Necesidad  de Mejorar Reglas de Juego

 

Julio E. Díaz Palacios

Presidente de la Red Perú

 

Los Partidos  Políticos tradicionales  otorgan una gran importancia a la democracia representativa y subestiman los aportes que puede y debe dar la democracia participativa.  Según los partidos políticos, de las elecciones depende en mucho las posibilidades de  atención de los problemas de los ciudadanos,  la promoción del desarrollo y la gobernabilidad del país.

 

Pero a  la hora de  las campañas electorales,  los partidos políticos,  contradiciéndose, vuelven a mostrar no solo  demasiada informalidad sino que  para ellos el fin justifica los medios,  infringiendo una y otra vez las disposiciones electorales, para ganar los cargos públicos en disputa a como de lugar. Con ello,  lamentablemente condicionan un mayor desprestigio de la política y de sus propias organizaciones.

 

Recientemente el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) ha informado que los partidos y movimientos políticos que están participando en las elecciones,  han cometido en total 4,091 infracciones electorales. De estas el  84.33%  corresponde a incidencias  en la propaganda electoral (colocar propaganda en postes y en propiedad privada),  3.13 % a infracciones en la publicidad estatal (colocando el nombre de la autoridad que va a la reelección, particularmente  a nivel distrital), 2.10 % a la neutralidad de organismos y funcionarios públicos (uso de bienes públicos por candidatos a la reelección a nivel regional y distrital).

 

Además de estas infracciones, se tienen    decenas de irregularidades en el registro de datos en la hojas de vida, incluso  hay un candidato a alcalde no obstante haber estado en la cárcel por  vinculaciones con el narcotráfico; los llamados  electores golondrinos (ciudadanos que  se  registran en otros distritos electorales para votar y luego vuelven a su lugar de domicilio regular, se dice que eso lo hacen  porque les ofrecen un pago); el transfuguismo ( candidatos se pasan de una organización  política a otra); las organizaciones políticas-franquicia (se alquilan las organizaciones para ser candidatos y punto); la impresionante cantidad de candidatos que van a la reelección regional y municipal (lo que significa una gran  ventaja sobre quienes no son actualmente autoridades); la relegación  de  las mujeres y los candidatos jóvenes  en la mayor parte de listas a los últimos lugares no teniendo opción alguna de salir elegidos. Y, como no, las conocidas ?guerras suciasí entre los candidatos, que no son sino mixturas de rumores, chismes, difamaciones, destrucción de propaganda electoral, haciendo uso de viejas y nuevas tecnologías (internet).

 

Pero también debe señalarse la  fragmentación  en las listas de candidatos (a veces es muy difícil encontrar diferencias entre las propuestas de las listas), la precariedad de las propuestas en los planes de gobierno, la negativa de no poco de candidatos, particularmente de los que van a la cabeza de las intenciones de voto,  a  dialogar y debatir con sus competidores, creyendo que nos hacen un favor a los electores, cuando esta necesidad  debe ser una obligación ética y legal, directamente  relacionada  con el derecho de los ciudadanos  a saber  que dicen  y proponen los a candidatos para evaluar a quien se apoya y a quien no.

 

A todo ello se suma los efectos que tendrán las imperfecciones de la legislación electoral que posibilitan que   presidentes regionales y alcaldes puedan ser elegidos con un a votación bajísima, que no obstante ello tengan asegurado la mitad más uno de los integrantes de los consejos regionales y municipales, que debido a ello estos órganos normativo-fiscalizadores renuncian de hecho a su rol fiscalizador.

 

Todo esto  nos pone en evidencia la fragilidad del sistema político en el país, las imperfecciones  de la legislación electoral, la informalidad y las viejas prácticas  políticas en los procesos electorales, etc. Por supuesto que no obstante esto,   todos debemos acudir este  19 de noviembre a emitir un voto informado y consciente, hasta donde ello es posible. Pero pasadas las elecciones  hay que abordar con seriedad la imprescindible tarea de promover el fortalecimiento del sistema político, particularmente de los partidos y movimientos políticos, reformar  las reglas de juego en las relaciones entre candidatos,  establecer requisitos mas claros para ser elegidos, como por ejemplo, un mínimo de 35-40 % de respaldo de los votos validamente emitidos, sino se pasa a una segunda vuelta; y, por supuesto, poniendo límites a la reelección indefinida, tanto a nivel regional como municipal.

 

Desde la Red Perú de Iniciativas de Concertación Local, promotora de la democracia participativa como factor de  construcción de gobernabilidad, de ciudadanía y de desarrollo,  nos interesa que la cultura y prácticas políticas, así como las reglas de juego,  relacionadas con la democracia  representativa  mejoren sustantivamente, porque ambas  requieren complementarse y no son excluyentes.

 

 

Lima,  9 de Noviembre del 2006

 

 

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