Jesús, sabiendo todas las cosas que le habían de sobrevenir, se adelantó y les dijo: ¿A quién buscáisí  Juan 18:4.

Jesús sabía todo de antemano (1)

Un rasgo especial de los sufrimientos del Señor es que él sabía de antemano todo lo que le había de sobrevenir. Como verdadero hombre y al mismo tiempo Dios eterno, su vida en todos sus detalles se manifestaba ante él. Como ser humano estaba ligado al espacio y al tiempo, pero como Dios no conocía esta limitación.

Cuán penoso debió ser para él cuando en Getsemaní todo lo que le aguardaba en la cruz del Gólgota se presentó en su mente. No sólo iba a estar colgado con tremendos dolores, sino que también conocería las horas de tinieblas y el desamparo de Dios. El que ?no hizo pecado? debía ser hecho pecado. El que como hombre siempre había vivido en una inalterable comunión con Dios, debía ser abandonado por él. El que podía decir de sí mismo que era Éla luz?, iba a ser colgado en la cruz, en medio de las más densas tinieblas. El que era el autor de la vida tenía que dejar la suya en la muerte. El Señor sabía que iba a exclamar: ?Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?? (Salmo 22:1; Mateo 27:46; Marcos 15:34).

Todo esto estaba presente en su fuero interno cuando se adelantó, diciendo a sus enemigos: ?¿A quién buscáisí?. Sabía exactamente lo que le iba a acontecer; sin embargo, no vaciló un instante. Como fiel Siervo de Dios, siguió su camino de obediencia y de entrega para cumplir la obra que Dios le había encomendado.

(Continuará el próximo lunes)