Devocional Cristiano – Ciencia y Revelación (2-4)

Detente,y considera las maravillas de Dios. ¿Has conocido tú las diferencias de las nubes,las maravillas del Perfecto en sabiduría? Job 37:14 y 16.

Ha puesto eternidad en el corazón de ellos,sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.
Eclesiastés 3:11.

Dios abrió cierto campo de conocimiento al hombre y, al mismo tiempo, le dio la capacidad de entrar en él por medio de la inteligencia natural. El conocimiento científico forma parte de ello. El espíritu del hombre consigue observar los fenómenos y la relación que existe entre ellos, elaborar teorías y deducir leyes que la experiencia permite confirmar. Estas leyes pueden conducir a predecir los efectos que emanarán de ciertas causas. Mediante su imaginación, el hombre puede concebir sistemas muy complejos con espectaculares resultados, útiles o aterrados.

Este campo es inmenso, no conocemos sus límites, pero tampoco puede exceder el marco que le fue fijado por el Creador.

Cuanto más se empeña un hombre en la búsqueda, tanto más debe reconocer, por lo menos interiormente, su incapacidad de llegar al fondo. Cada nuevo descubrimiento no hace más que ensanchar el terreno de lo que queda por descubrir. La complejidad de la naturaleza se impone a toda mente recta, aun cuando ésta busca descartar sus consecuencias mediante muchos razonamientos (Eclesiastés 7:29). Ni la suma de los conocimientos, ni los instrumentos para el tratamiento de la información, por más eficaces que sean, resuelven esta dificultad.