TODO LO QUE DIOS QUIERA

«Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo» (Filipenses 3:7-8)

Lo irónico de todo esto es que yo, que tenía pocas aspiraciones, haya adquirido tanta influencia, mientras que otros, que habían sido capaces de matar por tenerla, sigan aun buscándola. Pero no creo que siempre se encuentre algo a base de ir directamente hacia lo que se busca.

En la marina de guerra, cuando estábamos aprendiendo a divisar aviones en la oscuridad, se nos enseño que el centro del ojo es ciego de noche. Si usted trata de mirar directamente de noche hacia el lugar de donde procede el sonido del avión, nunca lo va a ver. Si mira hacia la derecha o la izquierda de donde procede el sonido, vera al avión con la parte del ojo que no es ciega en la noche. Las aspiraciones son así.

Muchas veces, las personas que tienen aspiraciones altas son las mas frustradas del mundo. Y también con frecuencia, los que han triunfado han sido implacables en su intento por triunfar, y han dejado cuerpos tirados por todo el camino.

En cambio, los que han tratado de servir de una manera significativa en lugar de tener aspiraciones directas, han alcanzado muchas veces sus metas. Por cada uno de los que han logrado algo ?incluso de los que son honrados-, hay un enorme número de personas que anos atrás se ofrecieron para el ministerio y nuca se han acercado siquiera a su meta. Por eso, nos tenemos que ofrecer a Dios para hacer todo cuanto EL quiera, y dejar de lado las aspiraciones personales. (Richard Nelson Bolles).

Reflexión: ¿Soy capaz de lograr algo para mi negocio o mi iglesia, sin que me importe a quien se le atribuya el éxito?

Oración: Señor, ayúdame a tener las aspiraciones correctas, sin buscar mi propio éxito, sino tu honra y tu gloria.

«Son muchos los misioneros decididos a lograr algo, que se olvidan que la obra principal de Dios consiste en hacer algo con ellos mismos» -Jim Elliot, misionero mártir del siglo 20.

Bendiciones en Cristo Jesus, su hermano y amigo Crescencio Cruz