"La senda de los justos se asemeja a los primeros albores de la aurora.

Su esplendor va en aumento hasta que el día alcanza su plenitud"

Proverbios 4

Hoy celebramos el día de los padres, cada uno de ellos es un héroe de la fe, recuerdo con amor a mi querido papi.  Como quisiera volver a conversar con él; de pequeña era mi héroe, se veía tan profundo detrás de su púlpito.

Más tarde, cuando ya el culto había terminado y todos iban a sus casas conversábamos si "ellos" habrían entendido el mensaje.

Yo no quería que él se sintiera desilusionado así que le decía con prontitud:

-¡Yo sí entendí!-

-Papá, que linda la historia de los dos caminos, ¡es fácil! Yo te comprendí muy bien!-

Pero mi juventud ingenua e impetuosa me hizo demostrar muchas veces todo lo contrario.

¡Que bueno era conversar con él!

Cuando dialogábamos, recuerdo muy bien su rostro, atento y amoroso, era pausado, me tenía tanta paciencia; es que, aún enojado o indignado no perdía su ecuanimidad, tenía frases solemnes, llenas de sabiduría que guardo con convicción en  mi corazón.

-"Tienes que crecer, ya no eres una niña, tienes que madurar"-

-¡Me sorprende tu inmadurez! No te apartes del buen camino hija mía-

-"No pierdas el rumbo, aférrate a lo que has aprendido"-

El me enseñó que si caminaba por la senda correcta la luz iría en aumento, la visibilidad sería mayor, no volvería a tropezar.

A veces me parecía que su fe radical era exigente y hasta legalista, entonces escogía lo que me parecía menos severo, al final, ya equivocada, tenía que reconocer que él tenía razón.

Quisiera sentarme otra vez con él, decirle que ahora sé donde esta el camino perfecto, que no me distraigo sin antes escuchar la voz del Padre indicándome el sendero correcto,

Como quisiera sentir su abrazo amoroso y escuchar su risa emocionada de padre orgulloso.

Ahora guardo en mi corazón las palabras santas y las enseño porque ahora conozco los dos caminos, he comprendido finalmente el mensaje, ahora sí atendí a la voz de Dios.

Y el Padre te dice hoy:

Escúchame atentamente

Hijo mío atiende a mis consejos

Escucha atentamente lo que digo

No pierdas de vista mis palabras

Guárdalas dentro de tu corazón

Ellas te darán vida si las hallas

Darán salud a tu cuerpo

Por sobre todas las cosas cuida tu corazón

Pon la mirada en lo que tienes delante

Fija la vista en lo que esta frente a ti

Endereza las sendas por donde andas

Allana todos tus caminos

No te desvíes ni a diestra ni a siniestra

Apártate de la maldad.

Ahora converso con mi Padre Celestial, él me tiene tanta o más paciencia que mi papito amado, me sigue enseñando el camino correcto, me dice que la senda por donde ando es estrecha ahora, pero irá aumentando de acuerdo a mi fe, alcanzaré la plenitud de vida si logro obedecer sus palabras.

¿Quieres escucharle a él decirte lo mismo?

Entiende el Mensaje Divino no pierdas de vista Sus Palabras.

Los padres pueden marcar con sus palabras y testimonio los corazones de sus hijos para bendición, pero también para maldición, mi oración es que tú querido papá honres a tu Hacedor, Él no se equivocó al darte el honor de ser padre, entonces enséñales a tus hijos el camino correcto, la fe que declaras tener perdurará en tus generaciones y ellos recibirán bendición.

Felíz día

Martha Bardales.