Usted fue hecho a imagen y semejanza de Dios ¿Por qué le digo esto? Porque es fundamental que pueda tener en claro esta verdad. Como consecuencia de esto todo lo que produzca va a estar hecho a su imagen y semejanza. Si tiene hijos o sobrinos o niños en su familia habrá escuchado decir: -¡Es igualito que el padre!-. Es el fruto. El fruto nunca es diferente del árbol que le dio vida.
Ahora, si usted no posee una imagen correcta de sí mismo y piensa que usted no vale nada, que es un perdedor, etc., todo lo que reproduzca o salga de usted será igual. Si usted fabrica algo o pone un negocio, sus productos serán como usted piensa de sí mismo. Usted no le puede pedir al árbol de manzanas que le dé peras.

Si esto es así, tiene que restaurar su imagen personal a la imagen del Padre. Si logra tener una imagen correcta, tendrá sueños correctos y si su imagen es grande, sus sueños también lo serán.

Recuerda la parábola del hijo pródigo, según el relato bíblico dice que este joven malgastó su herencia y terminó en un chiquero deseando comer la comida de los cerdos. Su imagen como persona había sido demolida. Cuando volvió en sí, decidió volver a la casa de su padre. Pero preste atención a lo que el padre hizo cuando lo vio: «Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle» Se da cuenta, lo primero que hizo fue ponerle el mejor vestido, restauró su imagen.

Dios necesita restaurar su imagen para que pueda cumplir con el propósito en esta tierra. La clave para poder hacerlo es que renueve su mente para poder vestirse correctamente. Hoy mismo póngase la mejor ropa que tenga, perfúmese y arréglese el cabello. Luzca brillante porque le va a ayudar a pensar cosas brillantes.
Usted es un rey, una reina. Empiece a actuar como tal.

Oración: Padre, por tu gracia soy lo que soy y ella fluye en mí conformándome a tu imagen. Renovaré mis pensamientos. Gracias, en el nombre de Jesús. Amén.