Caminando, resistiendo, avanzando
Arturo Quirós Lépiz

Amigos y hermanos, hace ya 13 años que conocí por primera vez a Jesús luego de un buen tiempo de no querer saber nada de Dios.

Recuerdo que una vez cuando tenía alrededor de 16 años volvía de clases en la noche, ya que trabajé desde mis 14 años estudiaba de noche, y pasé por en frente del templo. Caminé tal vez unos 50 metros y no pude caminar mas, me detuve sin saber por que y sentí un extraño deseo de entrar.

En realidad no se a que porque nisiquiera asistía a misa los domingos, pero es de esas cosas que no se pueden explicar. El asunto es que aquel deseo fué mas fuerte que yo por lo que me devolví, entré y me senté frente al altar. No había nadie curiosamente y estuve ahí unos 15 minutos. No dije nada, no escuché nada, no sentí nada, pero supe de alguna manera que ahí debería estar. Dios me llamó y con solo estar ahí ese rato ambos nos habíamos encontrado por primera vez.

Luego de eso, dos años después y a mis 18 me topé con Jesús como auto que viaja a 100 Km/h y choca contra una pared de concreto sólido. Y ese día recordé y ví hacia atrás todas las ocasiones en que Jesús había estado en mi vida sin yo notarlo. Me dí cuenta de cuando me levantó, cuando caminó a mi lado o cuando en silencio me veía caminar sin que yo le notara, pero en todos esos momentos el SIEMPRE estuvo ahí.

A veces queremos que Dios llegue a nuestras vidas abriendo el cielo o levantando a los muertos, pero lo cierto es mis amados amigos, que si cerramos nuestros ojos y dejamos de pensar en aquello que no tenemos veremos todo aquello que Dios hace para hacernos saber que está con nosotros.

No importa lo que pases, no importa lo que vivas. Nunca debes detenerte y debes aprender a escuchar la voz de Dios en el viento, en la radio, en un atardecer. Resiste la tormenta que la calma vendrá y así avanzarás. Pero las cosas se dan en el tiempo de Dios, y tal vez hoy tuviste un leve contacto con Dios y pasarán incluso años, pero todo se da en la voluntad de Dios.

Camina, resiste y avanza, porque Dios está contigo.


Tu amigo y hermano
Arturo

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