Implantados en Cristo
Después de su bautismo, Jesús fue «lleno del Espíritu Santo», quien lo condujo al paso siguiente (Lc. 4:1). La vida y el ministerio de Cristo fueron el resultado del poder del Espíritu Santo en su vida, y cuando nosotros nos hacemos creyentes Dios envía al mismo Ayudador a habitar en nosotros. En los viñedos, la savia de la vid fluye a la rama injertada dándole vida y la capacidad de producir la clase de fruto típico de esa planta. La rama y la vid se convierten en una sola vida. La traducción de la Biblia al Día dice: «Vivan… enraizados en Él, y nútranse de Él» (Col. 2:7).
Algunas personas huyen de la vida cristiana porque piensan que no pueden vivirla. Y tienen razón: no pueden, pero el Espíritu Santo sí puede. Cuando somos uno con Jesucristo, el Espíritu de Dios vive Su vida a través de nosotros. Eso no significa que somos libres de responsabilidad, ya que el Espíritu puede hacer Su obra sólo si decidimos sabiamente rendirnos a Él. Cuando seguimos obedientemente al Señor, nuestro gozo y nuestra paz no dependen de las circunstancias; Aquél en quienes estamos enraizados es nuestro gozo y nuestra paz.
—
Devocionales Cristianos : www.devocionalescristianos.org
¿Te gustó este artículo?
Suscríbete a nuestro canal de YouTube para ver videos sobre temas bíblicos.
Visita nuestros cursos bíblicos.
Se miembro de nuestro ministerio y obten todos los recursos.