Para reflexionar

Al visitar, socialmente, una casa lejos de la ciudad, un ministro de Dios tuvo la invitación inesperada para dirigir una pequeña reunión y hablar de las cosas del Señor.  Pidió a los dueños de la casa una Biblia, pero ninguna fue encontrada.  Dijeron que había una guardada en algún lugar, y buscaron hasta que a encontraron en un viejo baúl de barco colocado en el sobrado.  Sorprendentemente, por fuera de la vieja arca había una placa donde se leía: "Innecesario para el viaje." Nosotros, cristianos, estamos ciertos de que el viaje de la vida debe ser hecha con la Palabra de Dios como guía constante.

No hay nada más necesario para nosotros, hijos de Dios, de lo que la orientación valiosa de la Palabra divina.  Nuestra vida espiritual se vuelve alicortada e inabalável cuando colocamos en práctica las enseñanzas contenidas en las Escrituras Sagradas.  Ella nos muestra el camino a seguir, nos llena de goce y confianza y no permite que desfallezcamos delante de las luchas enfrentadas.

Cuando dejamos que los quehacer de nuestro día impidan nuestra lectura diaria de la Biblia, vamos a dormir más cansados, menos alegres y sintiendo que algo nos quedó faltando.  La Palabra nos motiva, nos llena de esperanzas, nos impele a perseverar y nos hace caminar sabiendo adonde ir y teniendo la convicción de que allá llegaremos.

A veces dejamos la Biblia de lado.  Preocupa monos y ocupa monos con todo tipo de asunto, pero no tenemos tiempo de estar junto a Dios buscando Sus consejos y Su atenciones.
La Palabra de Dios queda escondida en el "baúl de la indiferencia" y dejamos de recibir las bendiciones incontables que el Señor nos quiere dar a través de su lectura.  Murmuramos delante de Dios por Él no contestarnos, pero no abrimos la Biblia a oír Su respuesta.

Si usted quiere que el barco de su vida navegue en paz y seguridad por los mares de este mundo engañador, no deje de llevar la mejor brújula que podría tener: la Biblia Sagrada.


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