VASO FRÁGIL SOY YO

A veces miro con tristeza, como la sociedad ha desvirtuado los roles del hombre y de la mujer, La Biblia habla muy claro acerca de que la mujer es un vaso frágil, «Y ustedes maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso mas frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo «1ra. Pedro 3:7

Habría tanto que escribir y que decir acerca de este versículo, pero tan solo, en esta oportunidad nos limitaremos a enfatizar, la importancia de recordar que la mujer es un vaso frágil. Durante muchos años he dedicado mi vida a escuchar consejos, programas televisivos y radiales, talleres, charlas, conferencias, foros, enseñanzas bíblicas, entrevistas, comentarios en periódicos, libros y revistas acerca del matrimonio y todo lo concerniente a el. Pero debo reconocer, que muy poco se toma en cuenta esta pequeña porción de la palabra de Dios, a la hora de delimitar los roles y funciones dentro y fuera de el hogar.

Como todos sabemos, las mujeres somos lloronas, difíciles de comprender, habladoras, nos damos cuenta de todo, etc. Y a veces los hombres prefieren optar por no escucharnos, por sacudirnos cuando estamos sentimentales, ignorar nuestras situaciones internas, bien sea emocionales, sentimentales, espirituales, y evitar todo tipo de momento, que les solicite a ellos, ponernos tan solo un poquito de atención. Es triste, pero peor aun es la situación, que se desencadena, dentro de la sociedad, la cual nos ha aportado unos puntos de vista, totalmente ajenos a la palabra de Dios, y es precisamente, el hecho de que usamos nuestra lógica, o el sentido común, según nosotros, aparentemente, pero no es mas que usar el sistema de este mundo.

Dios nos ha puesto como ayuda idónea, nos pide que la mujer sabia edifique su casa, nos ordena a que nos sujetemos a nuestros maridos, y les respetemos, nos da parámetros de un modelo a seguir, en cuanto a la mujer virtuosa, todo esto esta bien.

Y deberían ser los ideales de toda mujer querer llegar a esta posición.
Pero la sociedad, quiere que seamos, la que limpia, recoge todo, friega los platos, barre, limpia, cocina, plancha, atiende a los niños, los pone a orar y leer la palabra, les enseña la palabra de Dios, asiste a todas las reuniones escolares, los ayuda con las tareas, y atiende a todos en casa, creo que hasta cierto punto esta bien, evitando los excesos, pero, ¿cuando la mujer es atendida?

Nos han delegado a atender, a todos en casa, esposo, hijos, padre o madre si vive con ellos, suegro o suegra, cuñados, hermanos, los hijastros si los hay, etc..Entonces para mas colmo, los hombres de hoy en día, quieren llegar al hogar sin que las mujeres les cuente que sucedió con sus hijos, como le fue a ella en todo el santo día, Ah, pero eso si, cuando el hombre viene con problemas de la calle, de que tuvo un mal día, la mujer tiene que ser su pañito de lagrimas, su consejera, tiene que aconsejarlo, darle aliento, dale animo, realzarle la autoestima, brindarle apoyo, y todo lo que le estimule amor, gozo, tranquilidad, confianza, seguridad, alivio, consuelo y paz.

Todo esta bien y perfecto, si amamos a nuestros esposos lo hacemos con todo el amor del mundo, ellos son como nuestros hijos grandes, pero Amados en el Señor, cuando vas a recordar que tu mujer es vaso frágil, y que también ella a veces esta confundida, se siente triste, tal vez tiene el autoestima por el suelo, también tiene presiones, angustias, aflicciones como tu, y si ella trabaja fuera, la agonía es aun peor, porque tiene que trabajar adentro y afuera.

¡Trátala como un vaso frágil, no como un vaso desechable!

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