San Lucas 24,1-6 “Las mujeres descansaron el sábado conforme al mandamiento, pero el primer día de la semana regresaron al sepulcro muy temprano, llevando los perfumes que habían preparado. Al llegar, se encontraron con que la piedra que tapaba el sepulcro no estaba en su lugar; y entraron, pero no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. No sabían que pensar de esto, cuando de pronto vieron a dos hombres de pie junto a ellas, vestidos con ropas brillantes. Llenas de miedo, se inclinaron hasta el suelo; pero aquellos hombres les dijeron: ¿Por qué buscan entre los muertos al que esta vivo? ¡No está aquí, sino que HA RESUCITADO.”

En una película de indios y vaqueros estaban peleando los indios “pieles rojas” con unos malvados vaqueros que querían apropiarse de sus tierras, La batalla final que decidiría el territorio y el destino de los indios se estaba llevando a cabo en las praderas a 10 Km. distantes de la aldea. Allá todas las mujeres y niños estaban a la expectativa del final de la batalla. Los indios antes de partir habían indicado a sus mujeres que uno de ellos se quedaría como centinela alejado de la lucha para avisar con señales de humo el resultado final. Ganen o pierdan el centinela les haría saber para que ellas vieran qué hacer en caso de que pierdan la batalla. Ellos sabían que de salir derrotados en la pelea, los malvados vaqueros se dirigirían a la aldea, saquearían sus chozas, maltratando también a sus hijos y violando a sus mujeres.

Las mujeres impacientes esperaban ver y descifrar las señales de humo, por ese tiempo no existían los teléfonos y celulares, Por fin la batalla había terminado. El momento esperado llegó y el centinela indio logró enviar el resultado por medio de señales de humo. En esto, el cielo se nubló, se oscureció. Las mujeres se confundieron al descifrar las señales de humo y la tradujeron de la siguiente manera: HEMOS SIDO DERROTADOS. Una a una las mujeres se enteraron y comunicaron esta derrota, el dolor y la tristeza se extendió rápidamente por toda la aldea. El pánico y el miedo eran generales.

De pronto sucedió lo que tenia que suceder, las nubes pasaron, el horizonte se ilumino nuevamente y el mensaje se logró divisar con claridad. las señales de humo enviadas desde la batalla decían: HEMOS DERROTADO AL ENEMIGO. La Alegría y Felicidad Invadió toda la aldea. El delirio y la euforia era general ¡habían derrotado al enemigo, habían ganado, habían salvado sus vidas, su aldea, lograron salvarse de la destrucción y ultraje!.

Esto que sucedió en la película de indios y vaqueros malvados me recuerda y además se asemeja a lo que sucedió hace 20 siglos. El viernes se libraba una feroz batalla entre el bien y el mal. Jesucristo libraba la batalla por salvar a la humanidad de las garras del maligno. Cuando Cristo fue crucificado, el cielo se oscureció, los discípulos quedaron envueltos por una niebla de dudas, fue el de ver a Cristo crucificado y parecían entender a su manera el resultado de la batalla. Es mas, todos estaban tristes y con mucho dolor, todos pensaban y decían:» CRISTO HA SIDO DERROTADO.»

Con la muerte de Jesús, la esperanza se había esfumado. Cristo estaba muerto. Pero el domingo, la mañana de Pascua, El Señor RESUCITO DE ENTRE LOS MUERTOS y las dudas del viernes, la niebla que quiso ensombrecer los corazones de todos ellos, desaparecieron pues ahora el domingo ellos podían ver el mensaje completo y con claridad que decía:
CRISTO HA DERROTADO AL DIABLO. CRISTO HA DERROTADO A LA MUERTE» ¡Aleluya! ¡Gloria a Dios! JESUCRISTO HA RESUCITADO
JESUSCRISTO ES EL GANADOR.

Al igual que ellos también hoy nosotros podemos hacer nuestras las palabras de San Pablo de 1ra Corintios 15,55. ¡Que VICTORIA tan grande ¡ la muerte ha sido DEVORADA ¿Dónde está oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está oh muerte tu aguijón?.

Que esta fiesta y alegría de la resurrección perdure en nosotros por siempre por que:
¡JESUCRISTO HA VENCIDO. JESUCRISTO HA RESUCITADO. Gloria a El!