Día de la Mujer: 8 De marzo “Una lámpara en una repisa”

“También les dijo: « ¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un cajón o debajo de la cama? ¿No es, por el contrario, para ponerla en una repisa? No hay nada escondido que no esté destinado a descubrirse; tampoco hay nada oculto que no esté destinado a ser revelado. El que tenga oídos para oír, que oiga. »Pongan mucha atención —añadió—. Con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes, y aún más se les añadirá. Al que tiene, se le dará más; al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará.» Marcos 4:21-25.

No sé que haría sin mi pequeña lámpara, la prefiero entre todos los muebles de mi casa, su luz es potente y me permite descifrar mejor todas las letras de mi Biblia. Cuando leo en la mañana, muy temprano, ella es mi compañera, no molesta a nadie, porque su claridad hace brillar las líneas sagradas y solo son para mí, por lo menos, a esas horas de la madrugada.

¿A quién se le ocurriría poner un artefacto tan útil como mi lamparita dentro de un escritorio o debajo de una mesa?, no serviría de mucho allí, su propósito es esclarecer las formas, hacer retroceder las tinieblas.

Así como una lámpara se coloca para dar luz, no para ocultarla, Jesús, quien es la luz del mundo, está destinado para ser revelado a toda la humanidad, el mundo tan cargado de tinieblas y enemigos de Dios, quiso apagar la Luz del mundo, pero el Hades no prevaleció y Jesús se levantó victorioso entre las tinieblas, el lucero de la mañana alumbró con poder.

“Una vez más Jesús se dirigió a la gente, y les dijo: —Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Juan 8:12

Que maravillosa realidad, no es solo una proposición, es una doctrina eterna, Jesús es la luz del mundo y si yo creo en él tengo luz propia, puedo ver claramente, no tengo por qué andar en las tinieblas, no tengo por qué tropezar entre ciegos, la luz infalible es efectiva para descifrar, discernir, comprender y visualizar más allá de los que cualquier ojo humano es capaz de ver.
Pon mucha atención, si sabes usar la luz divina, si sabes mirar con los ojos de Dios, se te añadirá más, pero si tercamente pones esta lámpara divina escondida entre muebles sin uso, aún esa pequeña lamparita que un día creíste tener, se perderá.

“Al que tiene, se le dará más; al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará”.

Usa la luz que Dios te ha dado, aviva el fuego espiritual, no andes entre apagones y medias velas, déjate encender por la luz del Señor.
“Nadie enciende una lámpara para luego ponerla en un lugar escondido o cubrirla con un cajón, sino para ponerla en una repisa, a fin de que los que entren tengan luz. Tus ojos son la lámpara de tu cuerpo. Si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz; pero si está nublada, todo tu ser estará en la oscuridad. Asegúrate de que la luz que crees tener no sea oscuridad (Lucas 11:33-35).

Feliz día de la Mujer
8 de marzo

Martha Bardales